Gobernanza de la economía 4.0: Contrastación de un
modelo de los determinantes perceptuales del autoempleo
Octavio Figueroa Santiago,Eréndira Fierro Moreno, Joel
Martínez Bello,Julia del Carmen Chávez Carapia &Cruz García Lirios
Universidad Autónoma de la Ciudad de
México / México
Octavio Figueroa Santiago, Doctor en Educación,
Profesor Investigador, UACM, Tezonco. E-Mail: ofigueroas@uacm.mc
Eréndira Fierro Moreno, Doctora en Economía, Profesora de Tiempo
Completo, UAEMEX, Toluca. E-Mail: efierrom@uaemex.mx
Joel Martínez Bello, Doctor en Economía, Profesor de Tiempo Completo,
UAEMEX, Huehuetoca. E-Mail: jmartinezb@uaemex.mx
Julia del Carmen Chávez Carapia, Doctora en Ciencia Política, Profesora
de Carrera Titular “C”, UNAM, Coyoacán. E-Mail:
jchavezc@unam.mx
Cruz García Lirios, Estudios de Doctorado en Psicología, Profesor de
Asignatura, UAEMEX, Huehuetoca. E-Mail:
cgarcial213@profesor.uaemex.mx
Recibido: 3 de Enero de 2017
Aprobado: 8 de Mayo de 2017
Referencia recomendada: Figueroa, O., Fierro,
E., Martínez, J., Chávez, J., & García, C. (2017). Gobernanza de la
economía 4.0: Contrastación de un modelo de los determinantes perceptuales del
autoempleo. Revista de Psicología GEPU, 8 (2), 47- 59.
Resumen: En el marco de las políticas de fomento
a la caficultura y apoyo a grupos vulnerables, el objetivo del presente estudio
fue contrastar un modelo de los determinantes perceptuales del autoempleo. Se
llevó a cabo un estudio no experimental con una selección no probabilística de
147 buscadores de empleo en una comunidad del centro de México. A partir de un
modelo estructural [X2 = 3,48 (3 gl) p = 0,000; GFI = 0,975; RMR = 0,001] las
percepciones son transmisoras de efectos espurios de factores externos como el
micro-financiamiento, la situación ambiental o la formación profesional. Se
recomiendan líneas de investigación concernientes a la inclusión de variables
mediadoras tales como actitudes y motivos de los factores externos al
emprendimiento social, la búsqueda de empleo y el autoempleo.
Palabras clave: Gobernanza, Modelo,
Percepciones, Autoempleo, Contrastación.
Abstract: Within the framework of policies
to promote coffee production and support to vulnerable groups, the objective of
this study was to contrast a model of the perceptual determinants of
self-employment. A non-experimental study was carried out with a non-probabilistic
selection of 147 job seekers in a community in central Mexico. From a
structural model [X2 = 3.48 (3 gl) p = 0.000; GFI = 0.975; RMR = 0.001]
perceptions transmit spurious effects of external factors such as microfinance,
environmental situation or professional training. Lines of research concerning
the inclusion of mediating variables such as attitudes and motives of factors
external to social entrepreneurship, job search and self-employment are
recommended.
Keywords: Governance, Model, Perceptions,
Self-employment, Testing.
Introducción
Innovaciones tecnológicas como las máquinas de telar, el
transistor, la computadora e Internet, así como sistemas organizacionales tales
como el fordismo o el toyotismo han transformado las relaciones de producción y
consumo hasta un grado tal que ahora la economía 4.0 entendida como una
sociedad informacional de oportunidades y capacidades supone un nuevo sistema
de gobierno en el que los actores políticos y sociales establecen
corresponsabilidades es conocido como gobernanza (García, 2006).
El objetivo del presente estudio es contrastar un modelo de
los determinantes perceptuales del autoempleo como rasgo principal de la
gobernanza de la economía 4.0 y para tal propósito se asume que los sistemas
políticos determinan las relaciones económicas de producción hasta un punto tal
que facilitan la emergencia de tecnologías con la intención de transformar el
mercado laboral en un emprendimiento social indicado por el autoempleo. (García,
2013).
Es decir que, ante la pérdida de rectoría del Estado en
materia de seguridad y empleo, la sociedad civil ajusta sus habilidades y
conocimientos a las oportunidades que la economía 4.0 le ofrece. En ese
sentido, subyace el emprendimiento social como una respuesta de la ciudadanía
ante la corrupción del Estado y las exigencias del mercado, pero es en el
autoempleo el síntoma principal de tal proceso (Carreón, 2016).
Por consiguiente, el escenario en donde se dirimen las
diferencias entre gobernante y gobernados es Internet, ya que en esta
tecnología convergen los intereses de los actores económicos, políticos y
sociales con la finalidad de consolidar la reconstrucción nacional, la
reconciliación y la reivindicación.
Se trata de un escenario en el que los actores se ven a sí
mismos como parte de la inseguridad y el desempleo, pero también como parte de
las alternativas de solución, así como del acercamiento conciliador con sus
contrapartes económicas, políticas y sociales (García, Carreón, Hernández,
Limón, Morales y Bustos, 2013).
Tal proceso de gobernanza es explicado por diferentes marcos
teóricos, conceptuales y empíricos que destacan a importancia de la
corresponsabilidad en torno al emprendimiento social y en el caso de la
ciudadanía: el autoempleo.
Teoría del Capital Humano: Sostiene que el individuo tiene,
en sus competencias; habilidades, conocimientos y valores, las herramientas
para determinar su estilo de vida y futuro inmediato. Plantea que la renta es
un concepto central en la explicación del desarrollo humano personal ya que el
individuo tiene la posibilidad de incrementar sus ingresos derivados del
alquiler de sus capacidades. Ello supone que el capital humano está orientado a
la relación entre oportunidades y capacidades. Cuando las oportunidades son nulas
y las capacidades inexistentes, entonces se justifica una política de fomento
empresarial. Un incremento en las oportunidades combinado con un decremento de
las capacidades, o bien, una reducción de las oportunidades en referencia al
aumento de competencias supone un capital humano desvalorizado o inhibido en su
desarrollo. Empero, una amplificación de las oportunidades e intensificación de
las capacidades enaltece el capital humano de una sociedad (Farraguti,
2012).
Teoría de Demandas y Recursos: El estrés y la
felicidad son explicadas como el resultado de la interrelación entre demandas y
recursos laborales. Se trata de un modelo en el que las demandas laborales
generan estrés y los recursos laborales propician la felicidad. De este modo,
la motivación del individuo está centrada en lo que el grupo espera de él en
referencia a sus capacidades. A menudo, el individuo desarrolla respuestas que
aumentan o disminuyen su presión laboral. Es el caso de las demandas de
sobrecarga, objetivos límite, concentración, precisión, atención, decisiones,
empatía, emociones, conflictos e inseguridad. En el caso de los recursos se
refieren a clima, tecnología, feedback, coaching y flexibilidad (Salanova y
Schaufeli, 2009).
Teoría de la Regulación Laboral: Concibe al
trabajo como un escenario de relaciones en los que individuos, demandas y
recursos están interrelacionados de tal modo que tienden al desequilibrio ya
que las capacidades individuales a menudo son rebasadas por la tecnología, o
bien, las demandas no siguen una lógica de desarrollo tecnológico o de
formación profesional. Es por ello que, en la práctica laboral, los individuos
ajustan sus capacidades a la escasez de recursos mientras observan el aumento
de demandas (Salanova y Schaufeli, 2009).
Teoría de la Autodeterminación Laboral: Alude a
la autonomía y la capacidad del individuo para entender su motivación laboral
intrínseca. Como es sabido, las demandas son asimétricas a los recursos. En ese
sentido, las capacidades juegan un rol mediador de las diferencias entre
demandas y recursos, pero este accionar se gesta desde la toma de decisiones
autónoma y el desarrollo de habilidades, conocimientos y valores relativos al
individuo más que al grupo al que pertenece o quiere pertenecer (Salanova y
Schaufeli, 2009).
Teoría de la Conservación de Recursos: Debido a que
el ámbito laboral es cada vez más incierto, los individuos tienden a preservar
recursos en función de demandas esperadas. Ello impacta las relaciones
laborales ya que el individuo más que adherirse a un grupo, se asocia con
individuos que en el futuro podrán auxiliarle para responder a las demandas
futuras. O bien, otros individuos especifican sus funciones hasta un grado de
optimización que les permitirá abastecer los compromisos que las demandas les
suponen cumplir en tiempo y forma. A medida que las demandas se intensifican y
los recursos escasean, los individuos tienden a acentuar las alianzas internas
como externas a la organización (Salanova y Schaufeli, 2009).
Los estudios seleccionados para ser conceptualizados por las
teorías esgrimidas han encontrado diferencias temporales en cuanto a recursos
(Mercado y Piña, 2010), establecimiento de la inmigración como tema central de
la agenda pública y justificación del autoritarismo político del país receptor
(Guardiola, Espinar, Hernández y Sánchez, 2010), la concentración de migrantes
en zonas turísticas (Diez, 2010), la expulsión mayoritaria de migrantes
mexicanos a los Estados Unidos (Fernández, 2011), la adaptación de migrantes al
sistema de planificación familiar (Castro y Rosero, 2011), el establecimiento
de diferencias entre migrantes y residentes con respecto a marginación,
segregación, asimilación e integración (Sosa y Zubieta, 2012; Bahamonde, 2013),
el autoconcepto del migrante mexicano para con la cultura española (López,
2013), la asociación entre violencia, depresión y autoeficacia (Delgadillo,
Vargas, Nievas, Argello y González, 2013) y diferencias entre hombres y mujeres
respecto a la socialización con la cultura del país que los recibió (Mora,
Morales, Caballero y Rivera, 2013).
Carreón, Bautista, García, Hernández, Sandoval, y Pérez
(2016) demostraron que las políticas de fomento empresarial coadyuvaron al
establecimiento de organizaciones que llevaron a cabo la prevención de
enfermedades y accidentes, determinando la calidad de vida de trabajadores
migrantes, pero reduciendo los niveles de emprendimiento social. En un sentido
opuesto, García, Carreón, Hernández, Carbajal, Quintero, Sandoval, y Ambrosio
(2016) encontraron un efecto positivo y significativo de las políticas de micro-financiamiento
con respecto al emprendimiento social, con énfasis en las percepciones de
oportunidad y las habilidades de autoempleo.
En el caso del apoyo institucional, García, Carreón,
Hernández, Mendoza, Mejía y Quintana (2015) demostraron que el emprendimiento
educativo es resultado del otorgamiento de becas, pero también del capital
semilla aportado por las familias de los estudiantes. Es decir que las
percepciones de oportunidades se generan en la institución educativa, pero las
capacidades de autogestión son aprendidas en el seno familiar.
En referencia a los hallazgos de Bahamonde (2013) quien
estableció correlaciones entre la percepción de inequidad y las asimetrías
grupales, las demandas son una consecuencia de las relaciones entre migrantes y
residentes, así como son las capacidades laborales las respuestas de la muestra
encuestada ante estas relaciones inter grupales.
En suma, las percepciones son determinantes directas del
micro-financiamiento, el apoyo a madres solteras y el otorgamiento de becas a
grupos vulnerables que ahorran y emprenden un negocio, pero sin el
asesoramiento de algún instituto u organización financiera o empresarial. En
este sentido, el establecimiento de las relaciones de dependencia entre las
percepciones y la intención de buscar una oportunidad laboral indicaría el
grado de influencia de las políticas de emprendimiento para con un sector de la
sociedad civil dedicada a la caficultura.
Metodología
Población: Se realizó una selección no
probabilística de 147 ex migrantes. Los requerimientos de inclusión versaron
sobre experiencias de travesía, estancia y retorno en el mercado laboral
nacional, regional o internacional con la finalidad de buscar oportunidades laborales
y remuneraciones superiores a las ofrecidas por el mercado laboral local.
• Sociodemográficas. Se
entrevistaron a 87 hombres (M = 36,8 años y DE = 9,27 años) y 60 mujeres (M =
27,4 años y DE = 4,58 años).
•
• Socioeducativas. El
25% de los hombres concluyeron el bachillerato, 55% la secundaría, 15% la
primaria y 5% no tenían estudios concluidos. El 47% de las mujeres terminaron
el bachillerato, 36% la secundaría y 17% la primaria.
• Socio
psicológicas. El 62% de los entrevistados indicaron que ayudar o sostener a
su familia económicamente fue el motivo por el cual decidieron emigrar,
mientras que el 24% señaló que quería conocer otros lugares y formas de trabajo
distintos a las opciones de su localidad. Por último, el 14% respondió que quería
comprar algún bien o patrimonio para él o su familia.
• Socio
redes. El 78% declaró que un amigo o familiar lo animó a migrar, el
22% señaló que se informó en los medios de comunicación sobre los riesgos y
oportunidades de trabajar en el lugar donde laboró.
• Socio
espacial. El 41% afirmó que estuvo en alguna ciudad de los Estados
Unidos, el 32% dijo que trabajo en la frontera entre México y Estado Unidos, el
20% señaló que emigró a México, Distrito federal y el 7% estuvo en San Luis
Potosí, capital del estado con el mismo nombre.
• Socioeconómicas. Cabe
señalar que el salario mínimo en la región Huasteca equivale a 200,13 USD
mensuales y los entrevistados respondieron que en el lugar donde emigraron
tuvieron un salario superior al que podían haber tenido en el mercado laboral
local. De este modo, el 56% de los hombres se emplearon en el sector servicios
(M = 700,25 USD mensuales y DE = 14,82 USD), el 35% en el sector de la
construcción (M = 120,25 USD y DE = 35,12 USD) y el 19% en el comercio (M = 602,13
USD y DE = 15,27 USD). En el caso de las mujeres, el 72% se emplearon en
labores domésticas (M = 502,47 USD y DE = 10,26 USD), el 22% en la industria
maquiladora (M = 406,25 USD y DE = 24,1 USD) y el 6% en el comercio (M = 385,14
USD y DE = 20,1 USD). (Ver tabla 1 en PDF)
Procedimiento: Se utilizó la técnica “bola de
nieve” para identificar a los ex migrantes, considerando travesía, estancia y
retorno como las características preponderantes de la encuesta. Una vez
identificada la muestra se le visitó en su casa y se les informó que el estudio
no tenía relación con algún programa social de gobierno, asociación religiosa o
partido político. Se les facilitó el auto reporte mientras se les indicaba que
tenían alrededor de 25 minutos para responder. En los casos en los que la
respuesta era sistemáticamente la misma o su ausencia, se les pidió a los
encuestados que escribieran las razones por las que habían elegido la misma
respuesta, o bien, se habían abstenido de la misma. Los datos recopilados
fueron capturados en el Programa de Estadística para Ciencias Sociales (SPSS
por sus siglas en inglés) y el software Análisis de Momentos Estructurales
(AMOS por sus siglas en inglés) ambas en sus versiones 21
Análisis: Se utilizó el parámetro de curtosis
para establecer la distribución normal, el estadístico alfa de Crombach para
estimar la consistencia interna, el valor KMO para la adecuación, chi cuadrada
para esfericidad, peso factorial que se obtuvo del análisis factorial
exploratorio de ejes principales con rotación promax para indicar la validez de
constructo, el parámetro “phi” para las covarianzas, los estadísticos “gamma” y
“beta” para estimar las relaciones de dependencia entre factores exógenos y
factores endógenos, o bien, entre factores endógenos. Además, se emplearon los
parámetros “sigma” y “épsilon” para los errores de medición y disturbio.
Respecto al ajuste se emplearon los índices de bondad de ajuste (GFI por sus
siglas en inglés). Por último, se calculó el índice residual medio (RMR por sus
siglas en inglés) para el contraste de la hipótesis nula.
Normalidad. Los valores de curtosis cercanos a
la unidad fueron asumidos como evidencia de distribución normal ya que
identifican la tendencia de las respuestas en referencia a la media y la desviación
estándar. En los casos de reactivos con valores superiores a un valor de 5
fueron eliminados de análisis posteriores.
Validez. El valor KMO superior a 0,60 fue
asumido como evidencia de adecuación de las respuestas a los factores. El valor
chi cuadrada cercano a la unidad y significativo fue considerado como evidencia
de esfericidad de las respuestas en relación a los factores. Por último, el
peso factorial superior a 0,300 fue asumido como evidencia de correlación entre
el ítem y el factor. En los casos en los que los valores eran inferiores a los
umbrales requeridos, o en su caso, no resultaron significativos fueron
desestimados de análisis posteriores. Respecto a la varianza explicada superior
al 20% para cada factor fue considerada como un requerimiento para la
aceptación de la hipótesis nula.
Confiabilidad. Un valor de alfa superior a 0,60
e inferior a 0,90 fue asumido como evidencia de consistencia interna. En
aquellos casos en los que la correlación entre ítem y la escala fue inferior a
0,60 se asumió como una relación espuria mientras que un valor superior a 0,90
se consideró como una relación colineal. Ambas relaciones, espurias y
colineales permitieron descartar ítems de los siguientes análisis.
Covariación. El valor “phi”, al igual que el
valor alfa, que osciló entre 0,30 y 0,90 fue utilizado como evidencia de
relación asociativa entre dos factores considerando los demás factores. En los
casos en que los valores eran inferiores de 0,30 o superiores a 0,90
fueron empleados para orientar la interpretación de resultados.
Estructura. Los valores “gamma” y “beta” al
igual que los valores “phi” fueron utilizados como evidencia de relación
espuria, relación de dependencia o relación colineal. De este modo, siguiendo
el umbral esgrimido se interpretó el modelo de relaciones de dependencia
considerando los valores entre 0,30 y 0,90
Ajuste. El valor GFI cercano a la unidad fue
asumido como evidencia de ajuste del modelo de relaciones específicas en
contraste con el modelo de relaciones estimadas. El valor inferior a 0,90 fue
asumido como aceptación de la hipótesis alterna mientras que el valor superior
a 0,90 fue considerado como evidencia de aceptación de la hipótesis nula.
Residual. El valor RMR próximo a cero fue
asumido como evidencia de ajuste de las relaciones de dependencia especificadas
en comparación a las relaciones de dependencia estimadas. Ello implicó la
aceptación de la hipótesis nula y el rechazo de la hipótesis alterno. Sin
embargo, el valor RMR superior a 0,10 fue asumido como evidencia de rechazo de
la hipótesis nula y aceptación de la hipótesis alterna.
Resultados
La tabla 2 muestra los datos descriptivos del instrumento.
En torno a la percepción de encuadre, los datos descriptivos
muestran una tendencia de los ítems a la opción “muy poco relacionado”. El ítem
PE5 (M = 2,84; DE = 0,35; C = 1,08) se aproximó a la opción “poco relacionado”
mientras que el ítem PE1 (M = 1,03; DE = 0,38; C = 1,02) ejemplificó la opción
“muy poco relacionado”. Ello significa que el encuadre de los medios respecto a
eventos de EU y México parece incidir en menor medida en la muestra encuestada
ya que la percepción de encuadre tiende a concentrarse en una opción que indica
una baja credibilidad.
Respecto a la percepción de demandas, los ítems PD1 (M =
2,49; DE = 0,62; C = 1,05) y PD4 (M = 2,95; DE = 0,49; C = 1,01) con
puntuaciones más bajas y altas evidencian la tendencia de las respuestas hacia
la opción “casi siempre”. Ello supone que el mercado laboral es percibido
como un escenario de demandas consistente para la muestra encuestada.
En contraste, la percepción de recursos, de acuerdo con los
ítems PRE3 (M = 1,06; DE = 0,64; C = 1,09) y el ítem PRE5 (M = 1,01; DE = 0,33;
C = 1,05), se aproximó a la opción “casi nunca”. Es decir, la muestra
encuestada no sólo considera que el mercado laboral le demanda cada vez más,
sino además considera que los recursos de los que dispone son cada vez más
escasos. (Ver tabla 2 en PDF)
Sin embargo, a pesar de que la relación entre demandas y
recursos percibidos es inversa, la percepción de riesgos presenta una tendencia
de los ítems extremos PRI2 (M = 1,02; DE = 0,63; C = 1,01) y PRI5 (M = 1,04; DE
= 0,82; C = 1,09) contraria a la escasez de recursos e incremento de demandas.
La muestra encuestada parece considerar que el incremento de demandas y la
reducción de recursos son insuficientes para anticipar un escenario de riesgos
a la salud.
Precisamente, la percepción de oportunidades complementa el
supuesto según el cual la muestra encuestada ignora las consecuencias del
aumento de demandas y el decremento de recursos. Los ítems PO2 (M = 2,48; DE =
0,51; C = 1,05) y PO5 (M = 2,91; DE = 0,22; C = 1,05) evidencian la tendencia
de las respuestas a la opción “siempre”. Esto es así porque la muestra
encuestad parece anticipar un escenario en el que los riesgos son mínimos y las
oportunidades son abundantes.
Al observar la percepción de capacidades, los ítems PC2 (M
=2,48; DE = 0,51; C = 1,05) y PC5 (M = 2,91; DE = 0,22; C = 1,04) complementan
el escenario de los riesgos y las oportunidades en contraste con el escenario
de las demandas y los recursos. La muestra encuestada parece considerar que
“muy frecuentemente” sus capacidades le permitirán afrontar los dos escenarios
que percibe.
Por último, respecto a la búsqueda de empleo, la muestra
encuestada oscila entre no tener una estrategia para trabajar en el gobierno
(ítem BE3; M = 0,36; DE = 0,94; C = 1,05) y hablar con sus familiares para
poner un negocio (ítem BE2; M = 2,85; DE = 0,62; C = 1,08) ello significa que
el escenario derivado de la relación entre demandas y recursos se ajustaría a
la inacción de búsqueda de empleo en el gobierno, mientras que el escenario
relativo a los riesgos, oportunidades y capacidades se orientaría a la gestión
de un negocio entre sus familiares.
En síntesis, los datos descriptivos del instrumento revelan
dos escenarios percibidos que al relacionarse con la búsqueda de empleo podrían
complementarse. Sin embargo, la consistencia de las respuestas de la muestra y
la validez de las mismas abriría la posibilidad de establecer las relaciones de
dependencia entre los escenarios percibidos y la búsqueda de empleo.
La tabla 4 muestra los análisis de adecuación (KMO = 6,06) y
esfericidad (X2 = 3,57 (14 gl) p = 0,001) que permitieron llevar a cabo la
estimación de siete factores. El primer factor relativo a la percepción de
encuadre explicó el 56% de la varianza e incluyó los ítems PE1, PE2, PE3 y PE4
para alcanzar una consistencia interna de 0,71 superior al umbral requerido. El
segundo factor alusivo a la percepción de demandas explicó el 41% de la
varianza y se configuró con los indicadores PD2, PD3 y PD5, además obtuvo una
confiabilidad de 0,74 mayor al mínimo requerido.
El tercer factor referente a la percepción de recursos
explicó el 37% de la varianza cuyos reactivos fueron PRE1, PRE2, PRE4 y PRE5
los cuales se relacionaron consistentemente con la escala (alfa = 0,75). El
cuarto factor referido a la percepción de riesgos explicó el 34% de la varianza
mientras se configuró con los ítems PRI1, PRI2, PRI3 y PRI5 los cuales
alcanzaron una confiabilidad por encima del umbral especificado (alfa = 0,77).
El quinto factor relativo a oportunidades explicó el 27% de la varianza al
correlacionar con los ítems PO1, PO2, PO3 y PO5 los cuales obtuvieron una
consistencia interna óptima (alfa = 0,76). El sexto factor implicado fue la
percepción de capacidades que explicó el 23% de la varianza y se construyó con
los reactivos PC1, PC2, PC3, PC4 y PC5 que correlacionaron favorablemente con
el instrumento (alfa = 0,70). Por último, el séptimo factor se refirió a la
búsqueda de empleo que explicó el 20% de la varianza y se configuró con los
indicadores BE2, BE4 y NE5 al correlacionar consistentemente con la escala
(alfa = 0,78). (Ver tabla 4 en PDF)
En resumen, la validez y confiabilidad del instrumento
evidenció siete factores consistentes con las variables manifiestas. Ello
supuso relaciones asociativas entre cada factor. En este sentido, la tabla 5
muestra el análisis de covarianzas entre la percepción de encuadre y la
búsqueda de empleo (Φ = 0,694) con respecto a los demás factores. Del mismo
modo, la percepción de demandas se asoció con la percepción de recursos (Φ =
0,762). En el caso de la percepción de recursos, la correlación con la
percepción de riesgos (Φ = 0,601) fue mayor con respecto a los demás factores.
Por su parte, este último factor de riesgos percibidos se vinculó positivamente
con la búsqueda de empleo (Φ = 0,681) en referencia a los demás factores. Por
último, la percepción de oportunidades se relacionó con la búsqueda de empleo
(Φ = 0,795). Estos resultados muestran relaciones asociativas entre los
factores implicados con respecto a la correlación entre los demás factores. A
partir de estos hallazgos fue posible esperar relaciones de
dependencia. (Ver tabla 5 en PDF)
La percepción de capacidades al determinar las estrategias
laborales (β = 0,63) corroboró la hipótesis 1, aunque el factor que alcanzó un
mayor valor de correlación fue la percepción de oportunidades (Φ = 0,795). Es
decir, la muestra encuestada parece decantarse por sus habilidades percibidas
más que por las oportunidades del mercado laboral al momento de establecer una
estrategia de búsqueda de empleo.
Respecto a la hipótesis 2, la percepción de capacidades
correlacionó con la percepción de riesgos (Φ 0,506), pero fue determinada la
percepción de demandas (β = 0,42). Ello significa que la muestra encuestada
parece confiar en sus capacidades al momento de buscar empleo, aunque es el
incremento de demandas del mercado laboral y los riesgos asociados a sus
habilidades los que delinean la relación entre sus capacidades y sus
estrategias de búsqueda de vacantes.
En cuanto a la hipótesis 3, la percepción de riesgos fue influida por la
percepción de encuadre (γ = 0,38) misma variable con la que estableció una
mayor covarianza (Φ = 0,485) en referencia a la percepción de demandas (Φ =
0,395), pero inferior a la búsqueda de empleo, factor con el que se asoció en mayor
medida (Φ = 0,681).
Por su parte, la hipótesis 4 no fue contrastada ya que ambos
predictores; percepción de encuadre (γ = 0,02) y percepción de recursos (γ =
0,06) se relacionaron espuriamente. A pesar de ello, la búsqueda de empleo se
asoció en mayor medida (Φ = 0,694) con respecto a los demás factores.
Por último, en la hipótesis 5 y 6 la percepción de encuadre
determinó a la percepción de demandas (γ = 0,26) y a la percepción de recursos
(γ = 0,51), aunque la percepción de recursos se asoció en mayor medida con la
percepción de demandas (Φ = 0,762) y la percepción de riesgos covarió
mayormente con la percepción de recursos (Φ = 0,601) en comparación a los demás
factores.
En síntesis, los análisis de relaciones de dependencias
sugieren la aceptación de las hipótesis 1, 2, 3, 5 ya que la hipótesis 4 no
pudo se contrastada. Los hallazgos permitieron estimar el chi cuadrado [X2 =
3,48 (3 gl) p = 0,000], el Índice de Bondad de Ajuste (GFI = 0,975) y el
Residual Medio Cuadrático (RMR= 0,001) los cuales contrastaron la hipótesis
nula y cuyos valores permitieron aceptarla.
Conclusiones
El aporte del presente trabajo al estado del conocimiento
radica en la confiabilidad y la validez de un instrumento que mide percepciones
y búsqueda de empleo, empero a pesar de que se aceptó la hipótesis de ajuste
entre las relaciones teóricas con respecto a los datos ponderados, la búsqueda
de empleo fue espuriamente determinada por las percepciones. Es decir que
existen otros factores explicativos del autoempleo.
En relación con los estudios reportados en el estado del
conocimiento en el que las percepciones son mediadoras del impacto de los
valores y creencias sobre las intenciones, es menester incluir estas variables
en el modelo para esclarecer su poder explicativo.
A pesar de que algunos estudios demuestran el impacto de las
políticas de fomento empresarial, programas de micro-financiamiento y
estrategias de autoempleo, las percepciones de oportunidad parecen estar más
influidas por la formación emprendedora en el seno familiar o la institución
educativa.
En el mismo sentido, las percepciones de riesgo son
transmisoras de las crisis ecológicas, los desastres naturales y catástrofes
ambientales más que del apoyo a madres solteras o las becas a estudiantes
creadores o jóvenes hacia la investigación.
En el caso de las percepciones de utilidad, la accesibilidad
y la facilidad de uso de la tecnología suponen un efecto sobre la eficiencia
percibida y el uso intensivo de los dispositivos electrónicos para el
emprendimiento social y el autoempleo.
En suma, las percepciones son transmisoras de efectos
espurios de las variables cognitivas, ambientales, tecnológicas u
organizacionales sobre la búsqueda de empleo y el autoempleo, pero otras
variables como las actitudes y los motivos podrían explicar en mayor medida el
grado de asimilación de la tecnología, la prevención de riesgos ambientales, la
formación profesional o el procesamiento de información determinantes de la
elección laboral.
Referencias
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