martes, 24 de agosto de 2021

 TRANSGRESIÓN. CONSIDERACIONES SOBRE EL

CONCEPTO Y SU ARTICULACIÓN CON LA VIOLENCIA Y LA

SOCIEDAD ACTUAL EN EL PERVERSO Y EL NEUROTICO*

Jaime Velosa Forero; Judith Sofía Flórez Cifuentes

Hospital Santa Clara ESE; Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud / Colombia

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Referencia Recomendada: Velosa, J., & Flórez, J. (2018). Transgresión. Consideraciones sobre el concepto y su articulación con la violencia y la sociedad actual en el perverso y el neurótico. Revista de Psicología GEPU, 9 (1), 187-204

Resumen: En el presente artículo se realizó una revisión teórica de los conceptos de transgresión, estructura perversa y neurótica desde un enfoque psicoanalítico con el fin de ser analizados y ejemplificados en la historia de vida de dos pacientes del servicio de VIH en Proceso de rehabilitación en el CAD (Centro de Atención a Drogodependientes) del Hospital Santa Clara, quienes solicitaron el servicio de psicología. De esta forma se pretende analizar y explicar no solo cómo se ven reflejadas dichas estructuras psíquicas en su historia, así mismo sino cómo el concepto de transgresión puede verse manifestado desde distintos ámbitos independientemente de la estructura psíquica de los pacientes.

Palabras Clave: Transgresión, Estructura perversa, Estructura neurótica, Psicoanálisis.

Abstract: In the present article a theoretical review of the concepts of transgression, perverse and neurotic structure from a psychoanalytic approach was carried out in order to be analyzed and exemplified in the life history of two patients of the HIV service in CAD’s (Care Center for Drug Dependents) rehab process of the Santa Clara hospital, who requested psychology services. In order to show and explain how these psychic structures are reflected in their history, as well as how the concept of transgression can be manifested from different areas independently of the psychic structure of the patients.

Key words: Transgression, perverse structure, neurotic structure, psychoanalytic

Recibido: 26 de Mayo de 2017 / Aprobado: 30 de Junio de 2018

* Este trabajo hace parte de la investigación “VIOLENCIA – FAMILIA – LAZO SOCIAL: CARACTERISTICAS, PERCEPCIONES, NARRATIVAS, Hospital Santa Clara E.S.E., Bogotá 2016. Jaime Velosa Forero. Magister en investigación en problemas sociales contemporáneos Universidad Central; Psicólogo Universidad Nacional de Colombia; clínico, docente, investigador en Hospital Santa Clara. E.S.E., Fundación Universitaria de Ciencias de la salud., Fundación Aedificare.Judith Sofía Flórez Cifuentes. Estudiante de último semestre de psicología de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud, practicante de psicología clínica del Hospital Santa Clara E.S.E. Correo electrónico: jsflorez@fucsalud.edu.co

La transgresión es un concepto particularmente presente. En la práctica clínica son permanentes los casos en los aparece su apariencia, su rastro; es reiterativa en la teoría al ser relacionada a las estructuras psíquicas propuestas por Freud.

La transgresión puede llevar consigo una doble connotación en cuanto al rompimiento de las normas establecidas por la cultura. Así mismo el interés del trabajo sobre violencia donde el asunto de la transgresión se reitera de manera particular.

Si bien las estructuras psíquicas han tenido una profundización teórica el concepto de transgresión es constantemente usado para ejemplificar cómo opera el perverso en relación con el Otro esto genera la pregunta que guía de igual forma este trabajo ¿Qué es la transgresión? ¿Cómo se relaciona la trasgresión con las estructuras clínicas que propone Freud, como se relaciona con la violencia?

Para responder dichas preguntas se realizar una aproximación al concepto de transgresión, además de responder la pregunta: ¿Por qué se transgrede? y describir su articulación con la violencia y la sociedad actual y de esta forma analizar y articular fragmentos de la historia de vida pacientes del Hospital Santa Clara desde un enfoque psicoanalítico.

Como herramienta para dar respuesta a la pregunta de investigación se utilizó el estudio de caso descriptivo por medio del cual se indaga en la historia de vida de los pacientes; de este modo se escogieron dos casos en los cuales se expondrá dos estructuras psíquicas y como en estas se evidencia la transgresión. Se indaga en la historia de vida de dos pacientes del Hospital Santa Clara E.S.E actualmente vinculados al programa del CAD; que de manera voluntaria solicitan el servicio de psicología.

Marco Teórico

Transgresión

Existen diversos abordajes y definiciones del concepto transgresión, en general asociados a sobrepasar unos límites. (Miller, 2009, Grerez). Retomaremos provisionalmente la definición de la transgresión como aquellas acciones que quebrantan o infringen un límite establecido por la cultura social. (Carpintero, 2012).

El término “transgresión” viene del verbo Gradior- que significa andar, ir, marchar. Tiene una reminiscencia onomatopéyica del sonido “gr”- que también aparece en otras lenguas con significados parecidos. Cuando el verbo se sustantiva se transforma en la palabra “Gradus” que pasa a significar escalón, salto, nivel, zanja avance. De ellos derivan grado, grada, graduar, degradar, regresar, progresar, ingresar, agredir y transgresión. En todas ellas está contenida, de una u otra manera, la idea de saltar. Cuando pasamos al latín transgredior, trasgressus y transgressio tenemos unos términos que nos señalan el paso de un lugar a otro, generalmente saltando un obstáculo. Al aplicarlos metafóricamente a las leyes y a las normas sociales llegamos al sentido que tiene en castellano: infringir (de frangere y fractum), quebrantar, vulnerar (de vulnerem) y de desobedecer una orden, una ley de cualquier clase. (Carpintero, 2012)-

El concepto de transgresión constantemente es diferenciado de otros según en el ambiente en el que este se sitúe como el ámbito legal en el que se quebrantan las normas escritas. Como expone Enrique Carpintero en la transgresión, esta cuestiona lo natural del orden de la cultura: Todo poder representan intereses económicos, políticos y sociales que reglamentan normas (leyes escritas) y preceptos culturales (usos y costumbres) que se transforman en una indicación para la vida cotidiana del conjunto social. De allí que cualquier transgresión sigue el camino inevitable de ser desaprobada y ser considerada un hecho delictivo. Lo “normal” se asocia a lo natural y aquellos que transgreden esa norma realizan un acto “antinatural”. (Carpintero, 2012).

Si bien se puede asociar estos actos como naturales o antinaturales es porque como sujetos pertenecientes a una sociedad renunciamos a nuestras pulsiones (convivimos bajo la coerción de dichas) para el desarrollo de nuestra cultura; se encuentra así una nueva connotación cuando Freud menciona que aquellos individuos que cometan actos en contra de lo establecido por la sociedad son “delincuentes”. Aquellos individuos a quienes una constitución indomable impide incorporarse a esta represión general de los instintos son considerados por la sociedad como «delincuentes» y declarados fuera de la ley, a menos que su posición social o sus cualidades sobresalientes les permitan imponerse como «grandes hombres» o como «héroes». (S. Freud, 1908).

La transgresión surge por la satisfacción de un deseo, desde su carácter fantasioso o fantasma del sujeto; el deseo es perverso y por dicha naturaleza solo se desea cuando se transgrede la ley (Lacan, 1962-63). A modo de síntesis el deseo del sujeto está determinado por el Otro para acceder a dicha información puede a través de sueños, síntomas y lapsus. (Barrionuevo; Sánchez, 2013). Lacan (1964) afirma en el seminario 11, “Los cuatros conceptos fundamentales del psicoanálisis” Clase 14 la pulsión parcial y su circuito: En la fantasía, el sujeto pasa frecuentemente inadvertido, pero siempre está ahí, ya sea en el sueño, en la ensoñación o en cualquiera de sus formas más o menos desarrolladas. El propio sujeto se sitúa como determinado por la fantasía. La fantasía es el sostén del deseo, no es el objeto el que sostiene al deseo. El sujeto se sostiene como deseando con respecto a un conjunto significante siempre mucho más completo.

Esto se ve bastante bien en la forma de escenario que ella toma, donde el sujeto, más o menos reconocible, está en algún lugar, escondido, dividido, habitualmente doble, en su relación con este objeto que muy a menudo ya no muestra más su verdadera figura. Si bien por naturaleza somos sujetos agresivos y sexuales, nuestra cultura social ejerce una presión para imponernos los límites necesarios para posibilitar una convivencia con el fin de no matarnos por nuestras pulsiones. Para esto tomaremos un fragmento del Porvenir de una ilusión del malestar en la cultura de Freud donde hace alusión en como a pesar de eliminar todas aquellas limitaciones que se interponen en alcanzar o satisfacer dicha pulsión el sujeto se encontrara con los deseos de otros pero si se desea aun así pasar por encima de estos la cultura lo limitara con la muerte: hemos hablado de una hostilidad a la cultura, producida por la presión que ella ejerce, por las renuncias de lo pulsional que exige.

Imaginemos canceladas sus prohibiciones: será lícito escoger como objeto sexual a la mujer que a uno le guste, eliminar sin reparos a los rivales que la disputen o a quien quiera que se interponga en el camino; se podrá arrebatarle a otro un bien cualquiera sin pedirle permiso: ¡qué hermosa sucesión de satisfacciones sería entonces la vida! Claro que enseguida se tropieza con la inmediata dificultad: los demás tienen justamente los mismos deseos que yo, y no me dispensarán un trato más considerado que yo a ellos. Por eso, en el fondo, sólo un individuo podrá devenir ilimitadamente dichoso mediante esa cancelación de las limitaciones culturales: un tirano, un dictador, que haya atraído hacia sí todos los medios de poder; y ese individuo, además, tendrá todas las razones para desear que los otros obedezcan al menos a este solo mandamiento cultural: «No matarás». […]Es verdad que la naturaleza no nos exigía limitar en nada nuestras pulsiones, las consentía; pero tiene su modo, particularmente eficaz, de limitarnos: nos mata, a nuestro parecer de una manera fría, cruel y despiadada, y acaso a raíz de las mismas ocasiones de nuestra satisfacción. Justamente por esos peligros con que la naturaleza nos amenaza nos hemos aliado y creado la cultura, que, entre otras cosas, también debe posibilitarnos la convivencia. Y por cierto la principal tarea de la cultura, su genuina razón de existir, es protegernos de la naturaleza.” (FREUD, 1927-31).

El vocablo transgresión 11 tiene inicialmente un significado fundamentalmente defectivo, en su definición española, que está referida a 1) quebrantamiento, infracción, vulneración, inobservancia o violación de algún estatuto, ley o precepto y que, sin embargo, también se aplica a aspectos no defectivos como la 2) formación sedimentaria que avanza sobre las más antiguas cubriéndolas y 11 Diccionario de la Lengua española. Vigésima segunda edición 2001, Tomo segundo Letras H a Z Página 2211 y Martín Alonso, Enciclopedia del idioma, Tomo III, Aguilar, Madrid, 1958 solapando sus bordes o la 3) invasión de aguas marinas en un territorio hasta entonces emergido. No obstante las últimas acepciones, cuando hablamos de transgresión, tanto en su uso jurídico, como psicológico, así como en el político y en el socio económico, nos referimos a un quebrantamiento del orden establecido. Partiendo de esta tesis se relaciona así el concepto de transgresión a las estructuras psíquicas planteadas en el psicoanálisis como son la neurótica y la perversa.

Perverso

No se puede mencionar al perverso sin mencionar la perversión donde es básicamente una categoría clínica, un diagnostico estructural. La estructura perversa es una forma específica de funcionamiento, de goce. Mazzuca (2001) refiere que en psicoanálisis, perversión remite a tres cosas muy distintas: 1) a las patologías de la sexualidad. 2) a las características estructurales de la sexualidad humana, y 3) a una de las formas de la subjetividad. Esta tercera acepción, es la que desarrolla el psicoanálisis lacaniano como estructura subjetiva o modalidad del sujeto. Como señalan Yesuron y Rostagnotto 2015, esto último es: la perversión posee una nosología específica en tanto estructura diferenciable de la neurosis y la psicosis entendida como una posición subjetiva del ser. (Lacan, 1956-1957), posición subjetiva (Lacan; 1953, p. 287; Lacan; 1956-1957, p. 107), o posición del sujeto (Lacan; 1953, p. 214; Lacan; 1956-1957, p. 17; Lacan; 1963-1964, p. 163; Lacan, 1957-1958, p. 185-221).

Para diferenciar los conceptos de perverso y perversión en “Las estructuras clínicas en el psicoanálisis lacaniano” Hernando Bernal menciona que con respecto a la estructura perversa y al concepto de perversión en el psicoanálisis, hay que aclarar qué es lo uno y qué es lo otro. Es decir, en el discurso psicoanalítico, la palabra «perversión» tiene dos acepciones: una de ellas hace referencia a la estructura, y la otra a la sexualidad humana, que tiene, a su vez, una estructura perversa. Toda la sexualidad humana, esa que denominamos “normal”, también contiene toda una serie de comportamientos de carácter perverso; se denominan en el argot psicoanalítico «rasgos perversos» o «rasgos de perversión». En el psicoanálisis, la perversión como concepto alude a la alteración del supuesto objeto normal de la sexualidad −el sexo opuesto−, y la alteración de la supuesta meta normal de la sexualidad −el coito. (Bernal, 2009)

La estructura perversa tiene como paradigma al sujeto fetichista, aquel que necesita de un objeto fetiche −unas medias rotas, unos zapatos rojos, un liguero, unas trenzas, un lunar en el seno, etc.-, para alcanzar la satisfacción sexual. Lo que fundamentalmente caracteriza al sujeto con una estructura perversa es que él tiene una certeza sobre su goce, es decir que él sabe muy bien cómo, dónde y con quien alcanzar la satisfacción sexual. Un verdadero perverso es un sujeto que “ya sabe todo lo que hay que saber sobre el goce” (Miller, 1997, p. 27). La estructura perversa abarca también a las denominadas desviaciones de la conducta sexual, como por ejemplo, la homosexualidad, la pederastia o pedofilia, la necrofilia, la zoofilia, como también el sadismo, el masoquismo, el voyeurismo, el exhibicionismo, etc., conductas estas que en la psiquiatría contemporánea se denominan parafilias. (Bernal, 2009).

Sin embrago, cabe mencionar dos grandes divisiones de las perversiones.

Primero, aquellas en las que el perverso centra su acción y pulsión libidinal en un fin, tal como se observa en el fetichismo, voyerismo, exhibicionismo, sadismo o masoquismo, entre otras. Y por otro lado, en las que el sujeto perverso desencadena su goce en un objeto: pedofilia, gerontofilia, zoofilia u homosexualidad (Cataño D., Salazar, P. 2012).

La palabra fetiche deriva de la palabra francesa feitico, procedente a su vez del latín facticium, (ídolo) falso, artificial. Fue utilizado por primera vez cuando los colonizadores portugueses entraron en contacto con las religiones animistas de África y con sus objetos de culto (que simbolizaban o invocaban la fertilidad, la virilidad…). No fue sino hasta el siglo XIX que el psicólogo francés Alfred Binet llevó a cabo la transferencia del término del análisis cultural y religioso al sexológico: precisamente estaba estudiando el fenómeno por el cual algunas personas adoran determinados objetos del amado en vez de amar al amado. Y en realidad en esto consiste el fetichismo: la desviación del deseo del individuo a una parte de su cuerpo, a una prenda de vestir o a cualquier otro objeto. (Passini, W. 2005).

Se puede decir que el perverso es el que está más falsamente cerca del goce, porque mientras el neurótico lo evita, el perverso no sólo busca el goce, sino que además lo imita o bien a un objeto, o a un fin. En este punto se sitúa una división radical entre la estructura perversa y neurótica: El acto auténticamente perverso y la construcción de un fantasma perverso. (Cataño D., Salazar,P. 2012)

Lacan llega en su texto al concepto “Fantasma Sadiano” en dónde el ejecutor aparece como el instrumento. El fantasma hace el placer propio para el deseo, placer que tiene su término en el desvanecimiento del sujeto; Lacan define al fantasma “a” dónde el rombo se lee “deseo de” (Suarez, M 2006).

El saber, el Otro y el goce. Con ellas describe, en primer lugar, algunas características generales de la neurosis, como su eclosión por la incidencia de un goce autoerótico, o su radical incapacidad para la sublimación; y en segundo lugar la especificidad de sus diferentes formas oponiendo histeria y neurosis obsesiva.

Correlativamente, y a la inversa, se introduce una referencia, no considerada en el transcurso de este trabajo, sobre los aspectos imaginarios en la perversión. (Mazzuca, Roberto, 2010)

En Lacan se cuestiona ¿Dónde está la perversión?, si al final perversión, es decir, versión del mal, no consiste en una transgresión de la ley. Quien es perverso es el Otro, porque en lugar de encontrar a Otro que acata la ley, tampoco encontramos a un Otro fuera de la ley como Lacan planteaba en el Seminario sobre Las psicosis (Lacan, 1956), sino a un Otro que tergiversa la ley. La tergiversación de la ley en el masoquismo es una de las formas explícitas del contrato, y en el sadismo, Lacan la rastrea hasta el mal radical kantiano, es decir, hasta una perversión de la voluntad, una perversión como tal del Otro, del cual el sujeto en cualquiera de los dos casos es siervo. […] la perversión no reside en el sujeto, sino en el Otro que lo estructuró, incluso en nuestro caso, en el otro social. Hablar del Estadio del Espejo no resuelve nada, porque lo que tenemos que preguntarnos es qué hace el voyeur en la posición de suscitarse él una mirada que busca lo que no se puede ver, es decir, aquello que está oculto, la castración como tal, aquello que está en la intimidad de los sujetos, el núcleo de esa castración se llama para Lacan que no hay relación sexual, incluso para él es fundante de la ley del incesto o del Padre de Tótem y Tabú" (Freud, 1912), ambos dependen de la inexistencia de la relación sexual. (Rabinovich, D. 2007)

En sus “Tres ensayos para una teoría sexual” (1905), Freud comienza su teoría de la perversión, identificando la perversión como “la persistencia de un impulso sexual infantil” (Gómez, 1983, p.57) y posteriormente como una formación defensiva en el complejo de Edipo, en donde postula la renegación (verleunung) que, como mecanismo de la estructura perversa, actúa al igual que la represión sobre las representaciones. Freud emplea el término renegación para referirse a las reacciones de los niños al darse cuenta de la diferencia anatómica del hombre y la mujer.  (Cataño D., Salazar, P. 2012)

En términos generales se ha considerado al perverso como un sujeto malicioso, alguien que no solo hace mal, sino que desea hacerlo. Por ejemplo, se considera como perverso al sujeto que imprime ciertos actos de crueldad física o moral, vandalismo o provocación, conductas que trasgreden la norma o la moral. (Cataño D., Salazar, P. 2012)

La diferenciación de la estructura perversa y neurótica radicará entre tanto en que las posiciones perversas como el sadismo, masoquismo, exhibicionismo y voyeurismo fundan la relación sexual para hacerse instrumento del goce del compañero sexual donde su objeto es representado por un fetiche. Por otro lado la estructura neurótica fantasea, desea y manifiesta hacer lo que desea pero en dicho momento se angustia y se inhibe (Marchesini, 2014, Pág. 4).

Neurótico

Una descripción del neurótico desde marco analítico se encuentra en Nasio (1993) quien refiere que el neurótico es "aquel que hace todo lo necesario para no gozar en lo absoluto; y está claro, una manera de no gozar en lo absoluto es gozar poco, es decir, realizar parcialmente el deseo" (p.44). Aquí, el goce se puede considerar un impulso originado en una zona erógena del cuerpo que en camino hacia su fin se encuentra con obstáculos, se acumula y se abre salidas; en otras palabras "el goce es energía del inconsciente cuando el inconsciente trabaja" (Nasio, 1993, p.41). Además, el sujeto neurótico se caracteriza como un sujeto insatisfecho y dubitativo sobre los ámbitos de su vida. (Cataño D., Salazar, P. 2012).

Las características de una personalidad neurótica se identifican por presentar una intensa sensación de conflicto interno, así como una gran dificultad para armonizar los impulsos, deseos, normas y consciencia de realidad, lo cual podemos traducir como una vida centrada en la angustia y la inseguridad. Además, la configuración de una estructura neurótica tiene su inicio en los acontecimientos de la relación afectiva original del individuo, en la manera en la que maneja su agresividad y sexualidad, y también en su necesidad de autoafirmación y valoración de sí mismo. Por otro lado, el origen de una estructura neurótica está altamente relacionado con las fijaciones edípicas del individuo, las cuales (por su propia naturaleza) dan origen a diversos miedos, culpas, dudas y ansiedades ante diversos acontecimientos considerados como estresantes propios de una relación de pareja, conflictos familiares o dificultades laborales. Como consecuencia de lo anterior, el individuo con una estructura neurótica desarrolla una dependencia del afecto y la estima que los demás pueden proporcionarle, sin importar el valor que éstos le atribuyan o de la importancia que le adjudiquen al sujeto. (Espinosa,2017).

El neurótico forja con su síntoma una manifestación sustitutiva del goce al que renuncia, una formación de compromiso entre el renunciamiento exigido y las emergencias no admitidas de su pulsión, a reprimir. Así pues, el neurótico se rebela contra la exigencia cultural y su síntoma es, entonces, el lugar de una falta de goce que el sujeto denuncia, a contravía del síntoma neurasténico, cuyo portador se entrega, por así decir, ofreciéndose como figura de “la queja y el malestar. (Castro, S. D. 2012).

La característica principal del neurótico es ese constante conflicto con la realidad; realidad que le frustra, realidad con la que siempre está en constante conflicto. El neurótico por un lado está bajo las demandas del principio del placer pero por otro lado está también bajo el yugo de las demandas del principio del deber. En cambio en la estructura psicótica sucede otra cosa, la persona que se ha estructurado bajo la denominación de la “psicosis” tiende a evadir la realidad, no le gusta; por lo tanto “crea” una realidad alterna: “No soy yo el malo, son ellos los que me persiguen”; su síntoma como un intento de re-equilibrio. (Moreno, C. 2014).

En el malestar en la cultura Freud no solo da cuenta del malestar, sino también de lo que el sujeto hace frente a él. El síntoma aparece como una forma, entre muchas otras, al alcance de muchos, de responder a ese malestar relativo al goce. ¿Cómo? Según una explicación que Freud había acuñado ya tiempo atrás, el síntoma es un sustitutivo de la satisfacción sexual denegada. Entonces, dada esta satisfacción sustitutiva que es el síntoma, podemos pensar que la renuncia a la satisfacción que la cultura impone no es, por así decir, a pura pérdida. (Castro, S. D. 2012).

La pulsión de muerte no es que yo me quiero morir: la pulsión es la búsqueda del goce que no pasa por el lenguaje, y como no pasa por el lenguaje, puede acabar con mi vida. Esa es la elaboración del seminario 7. En el seminario 11, hay una visión más refinada de la pulsión: los objetos a. Y los objetos a tienen un pie en el lenguaje, y un pie afuera. En el seminario 7, la pulsión avanza hacia un más allá del lenguaje, y hacia la cosa. Y en el seminario 11, el objeto a está con un pie en el lenguaje, y con un pie afuera del lenguaje, porque después de todo es la inscripción del goce. Ya no es el vórtice, y el objeto gira alrededor del goce. Y como es un goce finito, un núcleo de goce, es la misma pulsión la que puede funcionar como un límite.

Yo no me voy directamente al pantano del goce. Puede ser que me destruya, pero a través de la bebida, por ejemplo. Ya no voy directamente al goce. Esa es una dimensión de la pulsión, que gira alrededor de un goce. Y la pulsión anima el deseo, y el deseo tiene que, para lograr su cometido, separarse de la pulsión, y a veces el deseo se convierte en pulsión. Y ahí tienen esa definición de lo pulsional. Y uno puede decir que la pulsión es real, es un circuito de lo real. (Ubilluz, J, 2015). 

Aunque en algunos casos se pueden identificar elementos perversos en el neurótico, hay que aclarar que no es lo mismo un neurótico con una perversión, con un goce perverso, que el verdadero perverso; pero desengañémonos, sólo se trata de una perversión soñada; el neurótico no es un perverso sino alguien que sueña con serlo (Nasio, 1991, p.95). (Cataño D., Salazar,P. 2012).

Aspectos Teóricos Metodológicos

Debemos resaltar que para la realización de este estudio de caso y por el enfoque de esta tesis se implementa la historia de vida como herramienta de indagación; ya que la relevancia que el psicoanálisis le da al relato del paciente es fundamental debido a que es quien tiene la verdad sobre su síntoma y su goce: además de permitir acceder a su mundo simbólico, su verdad; donde el analista identifica en que partes aparece el inconsciente en su interpretación, que no necesariamente aparece en todas las sesiones donde los significantes propios del analista deben estar apartados de dicho análisis.

Se realizó un estudio de caso utilizando la historia de vida la cual según en “La historia de vida: Recurso en la investigación cualitativa Reflexiones metodológicas”: proporciona una lectura de lo social a través de la reconstrucción del lenguaje, en el cual se expresan los pensamientos, los deseos y el mismo inconsciente; constituye, por tanto, una herramienta invaluable para el conocimiento de los hechos sociales, para el análisis de los procesos de integración cultural y para el estudio de los sucesos presentes en la formación de identidades. (Puyana, Barreto 1994).

En la historia de vida están presentes tiempos y espacios diferentes. En primer lugar, el tiempo del entrevistado; esto es, de quien acepta "contar su historia y reconstruir sus experiencias pasadas con los ojos del presente. […] En segundo lugar, el tiempo del investigador, quien reelabora y sistematiza la información a partir de las hipótesis e interpretaciones orientadoras del proceso de conocimiento, y en cuyas formulaciones está necesariamente presente su propia historia. Con estos dos tiempos se entrelaza el tiempo histórico, es decir, las diversas épocas en que se desenvuelven los acontecimientos, cuyo reconocimiento permite contextualizar tanto a sus protagonistas como sus vivencias. (Puyana, Barreto, 1994).

El proceso de reconstrucción de cada historia de vida contiene un significado especial para el entrevistado: reconocer y reapropiarse de la vida misma, compenetrarse con su realidad, con una vivencia, y al mismo tiempo tomar cierta distancia con ella, objetivarla con un alto componente de alegría y de dolor. Relatar la vida, no es vaciar una sucesión de acontecimientos vividos, sino hacer un esfuerzo para dar sentido al pasado, al presente y a lo que éste contiene como proyecto (Puyana, Barreto, 1994).

En el discurso de cada persona se manifiesta el inconsciente. De allí la necesidad de distinguir entre los contenidos verbales y los códigos no verbales, es decir, los diversos significados de las palabras, los gestos, los símbolos y los signos presentes en la comunicación. Por otra parte, contribuye a la interpretación de los relatos compartir con investigadores experiencias y reflexiones personales realizadas en otros procesos de reconstrucción de historias de vida. (Puyana, Barreto, 1994).

La reconstrucción de la historia de vida ofrece amplias posibilidades para el conocimiento y análisis de los complejos procesos de construcción de identidad; en ella se plasma ese triple movimiento de inserción en la realidad objetiva, de identificación de la ley y la normatividad, de apropiación y moldeamiento del mundo, en función de las motivaciones e intereses. La historia de vida hace posible el acceso a las condiciones concretas en que se gestan deseos, sentimientos y pensamientos, mientras se van configurando los proyectos particulares de cada ser. (Puyana, Barreto, 1994).

Los estudios de caso tienen un papel importante en la investigación cualitativa. La mayor parte de este tipo de investigación recurre al estudio de unidades de forma intensiva, por medio de un abordaje ideográfico que puede vincularse con la teoría. […] realizar estudios de caso implica un trabajo cuidadoso que puede resultar en conocimientos nuevos acerca del caso, hallazgos teóricos, así como en la evaluación e intervención en el campo profesional. En la psicología los estudios de caso son relevantes para entender a las personas, sus experiencias, sus percepciones, sus emociones, además son importantes en el estudio de personas con características específicas, con trastornos o con habilidades especiales. (Muñiz, 2010, Pág. 7).

De esta manera resaltamos que el estudio de caso contiene las siguientes características: Es adecuada para investigar fenómenos en los que se busca dar respuesta a cómo y por qué ocurren. Permite estudiar un tema determinado. Es ideal para el estudio de temas de investigación en los que las teorías existentes son inadecuadas. Permite estudiar los fenómenos desde múltiples perspectivas y no desde la influencia de una sola variable. Permite explorar en forma más profunda y obtener un conocimiento más amplio sobre cada fenómeno, lo cual permite la aparición de nuevas señales sobre los temas que emergen. (Martinez,2006).

Metodología y Presentación de Casos

Como se mencionó anteriormente en esta investigación se presentaran dos casos; los cuales permitirán exponer dos de las tres estructuras psíquicas propuestas Freud la perversa y la neurótica. Conforme a esto este trabajo hace parte de la investigación principal “violencia –familia- lazo social” para la escogencia de los casos se indaga en el grupo de pacientes de VIH del Hospital Santa Clara E.S.E. de Bogotá de los cuales se encontraban en proceso psicoterapéutico en el presente año (2017). De los ocho pacientes con los cuales se inició proceso psicoterapéutico solo dos de estos cumplían con los requisitos: -haber solicitado de manera voluntaria el servicio de psicología, -cumplir con el perfil de las estructuras psicológicas de interés. Para dicha selección se realizó una revisión teórica en cual permitiera una directriz a momento de realizar la reconstrucción de historia de vida en la cual se realizan entrevistas abiertas, se realizan cinco sesiones individuales de media hora cada una.

CASO NOX

GÉNERO: masculino

ORIENTACIÓN SEXUAL: homosexual

EDAD: 45 años

OFICIO: ninguno

“Soy el menor de ocho hermanos, yo vivía con mis hermanos y mi mamá”- “mi familia es una hipócrita, ellos solo vienen por pesar por temor a Dios, antes era una familia unida pero todo se fue volviendo peor. Mi familia toma mucho mi mamá toma muchísimo, mis hermanos igual a mí antes no me gustaba eso yo decía que era horrible por todo lo que hacía el alcohol en ellos, Siempre se terminaban peleando golpeándose” “yo caí en eso porque es difícil que no se le pegue todo el tiempo ahí”. “yo antes cuando era joven era muy bonito tenía un cuerpo muy bonito, mi hermano antes era gay y salíamos ambos; a mí nunca me importó lo que pensara mi familia.” “mi familia siempre se pelea con mis hermanos nos tratamos muy feo y muy fuerte igual con mi mamá, con mis hermanos siempre nos dábamos a golpes” “antes yo trabajaba haciendo presentaciones bailando salsa y me iba muy bien.

Además me pagaban con trago a veces, entonces cómo no iba a caer en eso” “con tal yo me iba con mi hermano y con el novio de él, me caían mucho pero yo era muy exigente” “yo me podía comer a los que yo quisiera porque era muy bonito hasta me seguían hombres casados.” “mi hermano dejó de ser gay por la palabra de Dios, ellos me han dicho que lo intente pero realmente no puedo” “yo tuve novias muy bonitas, de hecho. A la última que tuve, antes de meterme en este mundo -¿a qué mundo se refiere?-el del ser homosexual, yo la amé muchísimo, pero ella me fue infiel y desde ahí no tuve más, pero sí me llamaban la atención los hombres. A veces yo salía a bailar con ellas y yo veía un hombre lindo y decía ¡uyy! qué hombre tan lindo! y me sorprendía a mí mismo y me ponía a rezar y pedir perdón por mis pensamientos no entiendo porque lo hacía tal vez por la costumbre” “¿sabe doctora? Lo que pasa es que un se vuelve adicto uno de hombre le gusta el sexo siempre busca el sexo, las mujeres no tanto, por eso uno termina acostándose con hombres porque ellos están igual que uno”.

“A mí me encantaba ir a esas salas de pornografía, me deseaban y me gustaba que me desearan podía acostarme con el que quisiera, y si me pagaba pues mejor. A veces llegaba a mi casa, a veces no. Igual, si me veían mal no importaba yo solo quiero tomar y tener sexo” “con una mujer no es igual, son muy delicadas y todo es con romance, con un hombre es más bestial”. “Desde que me metí en el alcohol me gustó, mi familia bueno mi hermano realmente él quería que yo dejara de ser gay por medio de la palabra de Dios pero no lo dejé de ser Yo podía acostarme con tres hombres al tiempo o con varios durante todo el día hacia lo que quería” “realmente odio tener que depender de otros, así que prefiero no estar cerca de mi familia” “realmente los muchachos jóvenes son los más lindos” “siempre he hecho lo que he querido mi familia es muy opuesta se cree muy creyente, pero vive en el alcohol” “yo prefiero el sexo” “tal vez por eso terminé con VIH, pero pues no se puede hacer nada igual, no puedo cambiar las cosas”.

CASO REMIS

SEXO: masculino (transexual)

ORIENTACIÓN: homosexual

EDAD: 40 años

OFICIO: trabajadora sexual

“Desde los siete años pues mi tendencia era de ser así…cuando estuve con ese problema de novias, terminadas, que me gustaba mucho la tendencia a la homosexualidad entonces mi mamá, cuando tenía 7 años, me dijo, pues, que un hijo marica lo echaba de la casa, lo enterraba vivo o lo mandaba a matar.

Entonces pues yo quede con esa idea de querer irme de la casa, pues estuve en el bachiller, pero mi mamá siempre como a manipularme, a andar siempre pendiente que mira para dónde vas, que ojo, me tenía como muy acosado, entonces yo quería escapar siempre del lado de ella, más que todo del lado de mi mamá pero igual pues es la persona que me trajo al mundo, la quiero mucho pero ella no respeta nada. No respetó a mi familia, nunca la respetó, entonces me comparó con mi hermano mayor, que haga cosas de hombre […] siempre me estigmatizaba.” “Bueno, mi mamá es ama de casa, estudió hasta primaria, mi papá también estudió hasta segundo, mi hermano mayor, Jacinto, tiene 41 años, una hermana menor de 38 años […] Ellos vivieron en unión libre, mi papá siempre fue rechazado por mi abuelo por parte de papá, el papá de mi papá”[..]“Él era muy mujeriego, siempre ando con mujeres. Con mi abuela por parte de papá tuvo seis hijos, mi papá fue el último hijo de los seis de esa generación. Entonces mi abuelo por parte de mi papá le pega a él cuándo se quema, porque supuestamente que mi abuela se había metido con otro man y pues de ahí nació”.

“vivíamos en zona rural, la vereda se llama San Isidro, entonces eso es inundado de matas de palma y de bareque, entonces mi papá se fue un tiempo para Venezuela, mi mamá se fue del lado mío se quedó con el mayor y a mí me dejó con mi abuelita, entonces la mayoría del tiempo recuerdo que mi abuela decía que yo era el hijo menos para ella, o sea que ella me dejó como abandonado” “O sea yo crecí con esa idea de cómo que no te quieren, o sea mi abuela siempre me recalcaba eso, mi abuelita entonces yo la vi como mi mamá, yo era muy apegado a ella” “si eso lógico, entonces mi abuelita, pero yo creo que era porque ellas no se la llevaban, o sea recuerdo que en pueblo tenían muchas dificultades, pues mi abuelita siempre me decía, tu papá y tu mamá te tienen aquí conmigo, yo crecí siempre con mis primos y pues ella me apechichaba mucho, al igual pues así no más. Mi papá siempre ha sido mujeriego para ellos es lo normal así viva con mi mamá. En la costa por lo general hay un machismo que ser hombre es tener todas las mujeres del pueblo, entonces mi papá siempre dijo pues que mi hermano y yo, me qué acuerdo también había una casa al lado, recuerdo que vivía doña …tenía dos niñas, cuando ella estaba trabajando mi abuela me dejaba donde ellas yo siempre jugaba con ellas como hasta los 15 años y siempre me dejaban allá donde ellos, bueno ahí duramos un tiempo como a los 15 años, nos fuimos a vivir a la finca que heredó mi papá por parte de mi abuelo” “Pues qué recuerdos tengo…tengo muchos recuerdos malos mi infancia no fue como muy liberal, por la condición de rechazo”.

“O sea yo les tengo unos sentimientos muy grandes porque ella siempre me quiso manipular, o sea siempre como marginarme, humillando a los hombres más mayores por ponerse un tatuaje marica entonces está loco como una niña” “O sea los demás compañeros se burlaban, o sea yo en el pueblo, yo siempre tenía ese man enrollado cuando fui creciendo, o cuando iban las chicas a invitarme del colegio a la casa, no yo no sé qué… es más en el pueblo nunca tuve como una pareja homosexual…yo tuve mis primeras relaciones fue en Sucre fue con unos primos me masturbé, a los 22 años, ellos no necesitan pareja…”.

“lo que pasa es que como a la edad de 5, 7 años, cuando estábamos en tiempo de subienda, me fui a pescar con mi hermana, no se desde ahí estábamos y pasó un chico, muy bonito, para que a mí tuviera una sensación extraña, por dentro una sensación como de deseo, no sé cómo cuando ves a alguien y te atrae y te gusta ¿ sí?..., o sea una sensación como de estar con él, como algo por dentro, pero yo sabía … si le cuento a mi mamá me rechaza, si le cuento me va a mandar a matar, crecí como con ese miedo, o sea, a pesar de mi condición biológica, una sombra, a mí me daba miedo hablar con la gente, tener amigos, porque mi mamá siempre era que mira, ojo, para dónde vas, con quién vas, cómo te vistes?, de estar siempre como muy pendiente.”.

“No, no sé ella siempre que hiciera cosas de hombre, mi hermano mayor es un trabajador, y para trabajar yo en el campo, para mí no era difícil porque yo era muy delicado pero yo lo hacía de manera muy diferente a él. Mi hermano es hombre tosco, y entonces mi mamá siempre me tenía como rezalzado, porque dibujaba, que cómo me cortaba el cabello, que me vestía así, o sea lo que me compraban no me gustaba, entonces era muy marcada la tendencia que se veía en mí” “no, pues yo nací, yo hice lo que mi mamá si…ella llamaba la atención” “si de pronto maldecía a Dios que porqué eso, que porqué me mandó así, hueputa vida porque no me morí, porque no me muero, o sea a mi mamá no le echo la culpa de pronto por la condición en que se crió, ahora entiendo pues que es muy diferente, una cosa así me mantuvo con mucho trauma después de aceptar mi condición…”.

“O sea yo, me empecé a dar cuenta de todo desde los 7 años o desde antes, pues porque como que me gustaba poder hacer de mamá, me gustaba planchar ¿sí? como en los juegos de los niños y todos mis primos era como la niña de ellos, ellos siempre salían en pandillas, al campo, a coger mangos pero yo nunca salí por ahí, siempre estaba como jugando o dibujando con dos amigas con Gina y Lina que eran de la misma edad y pues bueno, decido irme de mi casa a los 17 años” “ya no aguantaba más a mi mamá, o sea era muy pendiente y es más me amenazó con llevarme a un médico a ver qué era lo que me pasaba, entonces yo empecé a tener relaciones homosexuales por ahí a los 12 o 13 años” “fue con, bueno yo tenía un primo en Sucre me iba de vacaciones en noviembre y regresaba a finales de enero, y pues allá iba un chico, mi primo Jaimito que tenía 12 años. Con él tenía relaciones, y pues viajaba y siempre tenía relaciones con él desde los 13 años” “pues al igual como te digo, jugaban, nos íbamos a bañar a la playa, nos íbamos al monte a conversar y cada uno…. y pues a mí me gustó”.

“Si pero o sea yo nunca me he acostado con una mujer, yo siempre he tenido relaciones con hombres, Además nos hicieron la circuncisión a los 33, también era una parte complicada porque yo no me desnudaba delante de nadie, me desvestía en el baño o en la pieza con la puerta cerrada y mis primos, entonces yo solamente miraba yo no hacía nada allá, entonces ya cuando mi primo cuando tenía relaciones solamente con él me venía para mi casa…Sí, no más. En el pueblo era un infierno, no andaba con homosexuales, andaba sólo.” “Sí lógico, y hablaban la gente delante de mí que mijo mucho cuidado de andar con esa gente, te hace daño, o mi mamá te vas a volver marica con esos manes, el concepto que yo tengo es que a mi mamá le faltó mucha comprensión, o sea de pronto si mi mamá me hubiera dado la confianza de decirle mira si me pasa esto y esto de pronto sea una confusión, o sea ella me mandó a decir con mi hermana me dijo mi hermana que si me hubiese quedado como hombre mejor, pero ya esta condición trans ella odia eso. Entonces la condición es lo que afecta a mi mamá, ella dice es que yo parí un hombre, tan hombre que a mí por error, no podía ser un marico y mi papá pues tiene una característica de ser mujeriego, de acostarse con la vecina, con la mejor amiga de mi mamá y mi mamá pues se pregunta eso y pues al igual yo me siento feliz con lo que soy no sé, cuando era chico me sentía como una zorra, no hablaba con nadie, me daba miedo bailar, me daba miedo conversar con gente, y con la condición trans empecé a ver el mundo de otra manera a estar con la gente, a que no me da pena hablar, antes me daba como vergüenza hoy en día no, me siento como realizado me siento orgullosa de lo que soy, no nací mujer pero la identidad la asumí como tal. Pero digo uno para ser hombre no es tener que el pene más grande o en la mujer una vagina, es la actitud para ser es el respeto, los valores que uno tiene que nunca se debe perder, eso es lo importante. Me siento orgullosa de que soy así, sofisticada, digan lo que digan, pero no me arrepiento nunca de haberme convertido una chica trans porque al igual he descubierto muchas cosas como a quererme más a adorarme…”.

Análisis Caso Nox

A pesar de haber sido criado en una cultura religiosa en la cual su orientación sexual lo condena y castiga, su incesante necesidad de tener relaciones sexuales, su sensación de satisfacción a pesar de causarle su actual diagnóstico de VIH además del alcoholismo que refiere con las cuales no se siente incómodo ni le genera un malestar consigo mismo, sino con sus familiares; refleja en él la estructura perversa. Como lo menciona Bernal en “Las estructuras clínicas en el psicoanálisis Lacaniano” (2009) “Lo que fundamentalmente caracteriza al sujeto con una estructura perversa es que él tiene una certeza sobre su goce, es decir que él sabe muy bien cómo, dónde y con quién alcanzar la satisfacción sexual.” Es un sujeto que no acepta la castración, reniega como mecanismo de estructura, es decir es un sujeto completo en el cual con su relación el Otro se presta para que este goce a través de él.

Transgrede los límites impuestos por su familia para satisfacer sus deseos y como estos deseos son independientemente constantes; es decir alcanzar un objeto inalcanzable el cual lo sigue impulsando a repetir. Articulando sus pensamientos y emociones expresadas, se puede evidenciar cómo el alcanzar dicho deseo (y cumplir sus fantasías) es una forma de violencia contra sí mismo; el alcohol, el sexo han ido degenerando su cuerpo poco a poco. En este caso las personas que sufren por su goce son sus familiares (partenaire).

Análisis Caso Remis

Afirmamos que el sujeto neurótico, al igual que el perverso, transgrede, pero que a diferencia del perverso, el sujeto neurótico siente culpa y malestar al realizar cualquier acto que implique un acercamiento a su goce. Esto se puede evidenciar en Remis, cuando en los momentos en que la madre de manera verbalmente violenta le expresa su rechazo a las dudas generadas por su orientación sexual –“a un hijo marica yo lo mato, lo entierro vivo o lo mando a matar”- Igual sucede con el rechazo que recibe por parte sus familiares y conocidos (segregación) en su vereda al no seguir las normas establecidas por su cultura y el no seguirlas esto le causa angustia. No solo esta transgresión puede generar segregación de su familia hacia ella sino también sentimientos de culpa y odio que ha manifestado contra ella misma en conductas como el consumo de SPA. No solo evidenciamos los acercamientos que ha tenido Remis a su deseo, como el mantener relaciones sexuales con su familiar a escondidas sino que podemos observar cómo su cuerpo genera una inconformidad consigo misma, modificándolo de tal manera, a pesar de ir en contra de los preceptos de su familia. Remis presenta diversos síntomas que nos hablan del constante conflicto en el que se encuentra con su realidad aquella que la ha frustrado. “una personalidad neurótica se identifican por presentar una intensa sensación de conflicto interno, así como una gran dificultad para armonizar los impulsos, deseos, normas y consciencia de realidad, lo cual podemos traducir como una vida centrada en la angustia y la inseguridad.” (Espinosa, 2017).

Conclusiones

A modo de conclusión podemos observar lo notorio que puede ser la transgresión desde ambas estructuras psíquicas y como esta forma parte del alcance del goce para el sujeto que si bien puede ser conocido por este no siempre se busca de manera voluntaria e incesante debido a la angustia que causa; por ejemplo en el neurótico.

Podemos así definir provisionalmente la transgresión aquellos actos pensamientos que quebrantan con las normas establecidas por un orden social cultural en el cual sus consecuencias pueden llegar a ser positivos o negativas para el sujeto. Así mismo observaremos la estructura perversa en aquellos sujetos que reniegan la realidad a pesar de conocerla que por medio de la construcción de un objeto parcial niega la castración de la madre; la cual no se limita al plano sexual únicamente ya que también determina la forma en que el sujeto se relaciona con el Otro causando angustia en el Otro, ya que este es un sujeto completo. Por otro lado la estructura neurótica está presente en aquello sujetos que inhiben todo deseo que los aproxime a su goce en estos sujetos podemos ver como la angustia juega un papel importante como su síntoma a diferencia del perverso el neurótico realiza actos compensatorios. Ambas estructuras tendrán en común que estarán determinadas por su paso en el complejo de Edipo.

A pesar de esto encontramos que la transgresión en ambos casos puede generar posturas en acuerdo o desacuerdo por el fin de este deseo que como bien hemos mencionado anteriormente la naturaleza del deseo es perverso ya que si no lo fuera no podría aproximarse a su goce al quebrantar la ley. Hay que tener en cuenta que ha sigo el Otro quien ha perpetuado dichas formas de acercarse a la satisfacción del deseo motivado por la pulsión, es decir podremos encontrar como al momento de satisfacerlo la estructura psíquica lo reprimirá o renegará.

Entre las recomendaciones finales quedará continuar en la indagación de la manifestación de la transgresión como parte de nuestra cotidianidad y se refleja de distintas formas en la historia de vida de cada uno.

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ACTO DE SILENCIO: UNA MUERTE INSTITUCIONAL

ACT OF SILENCE: AN INSTITUTIONAL DEATH

Leandro Ezequiel Ferreyra

Universidad Nacional de Córdoba / Argentina

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Referencia Recomendada: Ferreyra, L. E. (2018). Acto de silencio: una muerte

institucional. Revista de Psicología GEPU, 9 (1), 171-186

Resumen: El presente trabajo nace a partir de la muerte de un joven inserto en una institución estatal, desde donde se parte para indagar sobre la cultura en donde éste vivía con sus diferentes matices políticos. Para ello se toma como referencias noticias periodísticas, testimonios y diferentes documentos los cuales confluyen en un modo de investigación al estilo ensayístico. Dando como resultado una interpretación psicoanalítica de los tantos malestares que pueden acaecer en la ciudad argentina de Córdoba.

Palabras Clave: Muerte, Estado, Córdoba, Malestar

Abstract: The present work was born from the death of a young insert in a state institution, from where it is party to inquire about the culture in which he lived with their different political shades. For this is taken as a reference journalistic news, testimonies and various documents which converge in a research mode to essay- style. Giving as a result a psychoanalytic interpretation of the many discomforts that can happen in the Argentine city of Cordoba.

Key words: Death, State, Córdoba, Discomfort

Recibido: 4 de Octubre de 2017 / Aprobado: 24 de Junio de 2018

Leandro Ezequiel Ferreyra. Licenciado y Profesorado en Psicología de la Universidad Nacional de Cordoba y estudiante de Doctorado de la misma universidad. Especialista en Psicología forense de la Universidad de Buenos Aires. Correo Electrónico: lea_ferreyra@hotmail.com - lea.ferreyra.psyche@gmail.com


Introducción


Si la escritura es un bien cultural, definible como el lenguaje de lo ausente, hoy se dará utilidad al mismo con el fin de otorgar palabra a un hecho por recordar. El mismo, marca en la ciudad de Córdoba (Argentina) un desamparo que está llegando a horizontes horrorosos. Aunados, si se quiere, en este suceso de oscura característica pero tan usual como el mañanero despertar de un joven. Amanecer que interroga: ¿cuántos rayos luminosos, tan necesarios como los solares, hemos apagado con nuestra sonsa creencia de ser? Apagón que mueve a intentar relatar sobre la defunción de Nicolás Peralta. Joven institucionalizado o encerrado en el Complejo Esperanza, muerto un día antes de salir en libertad. Con descripciones médicas dudosas en la autopsia, donde se revelan marcas en el cuerpo. Sin embargo, se confía en que lo furtivo será esclarecido. El tiempo y su juicio hablarán de lo sucedido. También se podría indagar sobre cómo fue el transcurrir en aquél complejo o el porqué de su conflicto con la ley penal. Aunque la cuestión se aleja de alguna intencionalidad prejuiciosa que rebosa utilizar la cien, solamente, con neuronas derechas. El fin es realmente inscribir la pregunta, instalar un interrogante en aquella acción que se enmarca dentro de un poder. Judicial en este caso. Pero, ¿por qué hablar de éste joven?

Otro

Es sustancial hablar de este muchacho, puesto que su fallecer se enmarca dentro de un contexto que tiene como raíz diferentes asuntos por indagar. Texto que lo tiene y escribe un Otro. El cual aparece banalizado, debido a que se encuentra comúnmente a la vista, siendo parte de nuestra realidad. Y ciertamente, es desde donde hablamos, y al cual nos dirigimos con nuestro parloteo. Por consiguiente, es parte de lo que somos, y esta muerte de otro semejante, con el decir de Biset (2012) “me pone fuera de mí y me abre” (p.260); la posición por fuera de la que habla Biset (2012), es de ése Otro (mío, por supuesto, y común a la vez) a quien ahora se lo puede analizar, lamentar, o atisbar. Mientras que la acción de abrir, genera el discernimiento de que la herida por la distancia restante hacia el absoluto de la muerte, la cual forma parte de un común (a raíz de que todos transcurrimos por aquel trecho), no es en todos los casos igual. En otras palabras, el recorrido hacia el fin de la vida lleva la rúbrica de cada uno, empero en sociedad.

En consecuencia, ha de preguntarse cómo responsabilizarse de este otro una forma posible de compromiso por el lóbrego acontecer, puede lograrse a través de la tarea analítica. Por lo que, en lo siguiente, se intentará realizar una descripción del clima cordobés en el tiempo de la muerte del joven en cuestión, tal como lo es: el año del acontecimiento, una mirada sobre el Complejo Esperanza, la noticia en los medios de información y la tarea policial en este contexto. En principio, lo sucedido se ancla en un año electoral (dos mil quince), aquí se encuentra una carrera que tenía como objetivo la presidencia de un hombre de la provincia. Esto y una muerte, pudo contribuir a la creación de puestos de trabajos para educadores y psicólogxs en el Complejo Esperanza. Sin embargo, ¿Cuánto de esperanza y cuánto de complejidad hay en dicho lugar? Sobre lo primero, se advierte que en algunos trabajadores incorporados, la esperanza duró lo que la fe en un agujero negro. Al comienzo del nuevo mandato de gobierno en la provincia, fueron despedidos de este lugar muchos empleados que se habían incorporado por aquel chantaje. Obra, correctamente, llevada a juicio.

En cuanto a lo complejo, algunos detalles que suceden en la institución estatal lo explican mejor que cualquier análisis teórico, ya sean las situaciones delicadas transcurridas en un motín del año 2014, o denuncias de una legisladora por lo que se dice condiciones inhumanas del lugar en los años 2015 y 2016. Además, en el 2016, por esas casualidades, se vuelve a dar lo llamado motín junto a la toma del ingreso a la institución por parte de los trabajadores del lugar, la causa se debe a un reclamo de mejoras en las condiciones de trabajo. Otro punto, es la visibilidad de la muerte del chico en los medios masivos de comunicación. Los cuales hicieron noticia del hecho debido al revuelo social que tuvo por fuera de los comunes canales de transmisión de información. Se afirma esto, porque muy pocas veces nombran las muertes de jóvenes en manos de agentes estatales.

Por otra parte, la muerte de Nicolás, tiene desarrollo en un mes que se podría llamar el Mayo Policial Cordobés donde cientos de personas son encerradas en comisarías por manos de la policía, sin otros antecedentes que su imagen. Fue lo llamado razias policiales, acción de pocas referencias en los últimos tiempos y que escapó de la cotidiana conducta agresiva en manos de gente vestida con un color oceánico.

No se deja de nombrar aquí la movilización espontánea de cientos de personas respecto a este asunto, marea que tuvo como resultado el cese de dichas acciones razziales. Sin embargo, ¿hace falta que miles de personas se movilicen para que la policía cordobesa junto con los gobernantes se detengan en su accionar? Con esta consulta se rememora que en Córdoba se ejecutó un paro ilegítimo por parte de la policía en el diciembre del 2013 (el gobernador de por entonces, recordemos, estaba en una reunión con hombres que son eminencias en aquellas políticas de mercaderes). ¿O eso ya es olvido? ¿Qué huella mnémica se halla del escándalo de la llamada narcopolicía en el mismo año? Tal vez, la respuesta la trae un artículo reciente que titula “Desaparecieron pruebas en causas narco” (Viano, 18/03/2016).

Otra mirada sobre dicha policía la podría dar un joven de un barrio popular, comolo es Villa del Libertador, aquí sus palabras: “yo tengo una banda de traficante (sic)en el barrio mío, de pastillas, droga, faso, de todo y por ahí los mismos policíasentran con los traficantes y no le pagan pero le dan a los guasos para que no los lleven” (Bisig, 2014, p.125).

El anterior testimonio es contundente. No obstante, sigamos con la policía, Valdés y González Valdés (2014) realizan un estudio donde investigan el espacio social y homicidio en actuación policial en la Ciudad de Córdoba (2006-2009), ellos concluyen:

En los patrones más bajos, se presentan casos de manifiesta falta de correspondencia entre medios y fines; en un caso, la víctima recibió dos balazos cuando era trasladado en un patrullero; otro ocurrió en un allanamiento confuso; el homicidio de Saldaño se justificó con que el joven era un delincuente. Un homicidio ocurrió como consecuencia de un paro cardiorrespiratorio, pues la víctima había sido golpeada antes de ser entregado a la Comisaría; por último, en barrio San Ignacio, un joven estaba en el techo de su vivienda, alterado y descontrolado, la familia llamó a la policía, ésta le disparó y el joven falleció. (p.73) No es una descripción para la delectación. Encima el Observatorio de Derechos Humanos de la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba (2016) aporta datos similares, donde se verifica que desde el 2011 hasta abril de 2015 hubo 59 casos de muertes en manos estatales que aparecen en diarios, aquí la pluralidad de formas de hacer morir:

- 35 personas murieron por ejecuciones extrajudiciales

- 9 en situación de encierro

- 11 por el uso de la fuerza en situaciones interpersonales (de pareja, familia o

amigos)

- 3 por negligencia funcional

- 1 desaparición

Sobre estos sucesos diarios de los policías (sin restar al Estado como responsable de ello), sumado los diferentes hechos que ocurren en el Complejo Esperanza y el oportunismo de los medios de no información, tal vez, se pueda postular que los mismos se insertan en un conjunto que se podría bautizar como otro banalizado. Otro banalizado y su producción privada de violencia. A partir del segmento anterior, se considera legítimo aclarar que se habla de un otro, en tanto retazo de realidad. Sin embargo, el vórtice es la significación oscura de este Otro social, con total visibilidad cotidiana y con estrecha vinculación política. Urdimbre que debe ser examinada. También, se considera vital mirar detenidamente hacia hechos y políticas cordobesas, tales como la mutación del Código de Faltas al de Convivencia Ciudadana, que probablemente contribuyan a un fenómeno de violencia de tipología novedosa.

En primer lugar, la política podría ser ilustrada como uno de los tres sentidos que adquiere éste sustantivo para Miller (1999), leíbles en el texto “Política lacaniana” donde el primero que se considera, es lo nombrado como la política en general (los otros dos hacen alusión a la política en el psicoanálisis y en la cura, los cuales no serán incluidos para este análisis). En tal generalidad, Merlín (2012) propone pensar la cultura como no estructurada por códigos, recetas o moral universal; sino desde “la política entendida como acción pública compartida con otros en el ejercicio de la libertad y deliberación” (p.241). Prosigue para decir que no se puede esquivar el desacuerdo, pero éste tiene la potencialidad de ser una construcción contingente del vínculo social, donde el gran desafío se encontraría en pensar lo común y lo singular en esta propuesta. Teniendo en cuenta estas definiciones, la próxima indagación gira alrededor de algunos puntos sobre lo político en la provincia. 

Spósito (2014) enseña que hay políticas cordobesas, como el Código de faltas (vigente hasta comienzos del 2016), que generan un marco de indistinción entre la violencia y el derecho. Ha de decirse que el análisis aplicado al Código de Faltas, es totalmente trasladable al nuevo Código de Convivencia Ciudadana (Ley 10.326). ¿Por qué? A raíz de que este nuevo Código, introduce la figura de “conducta sospechosa” en el artículo 70, por ejemplo. Sobre este eje, Crisafulli (3/12/2015) detalla que la utilización de un lenguaje vago y ambiguo tiene la intención política de empoderar a la policía, para que en la calle decida cuándo una conducta configura o no contravención. El autor entiende que es ingenuo creer que se puede solucionar problemas sociales modificando o creando leyes, Crisafulli (3/12/2015) ve que ni el nuevo código de convivencia ni siquiera su derogación total, resolverán los problemas que se tienen en Córdoba con la policía. Este tema, dice el autor, es estructural de la violencia institucional que arroga, e implica la necesidad de bregar por una reforma policial que la democratice para revertir sus prácticas selectivas y arbitrarias.

En suma, ha de realizarse una interrupción y pensar en las huellas que ha dejado el Código de Faltas en un sinfín de cuerpos de personas. Sus consecuencias no pueden ser borradas de un día para otro y volver a contar otra historia. A la vez, Spósito (2014) explica que con este tipo de leyes se lleva a cabo un uso instrumental de la policía para el control social de tipo punitivo y represivo. Uso deuna demanda a un Estado neoliberal, en donde se reclama su presencia en forma de policía con mano dura. Reclamo que constituye un tipo de definición de seguridad de tipo técnica-administrativa-policial, destinada a las clases altas y medias. Las cuales sostienen el tipo de subjetividad de la época que se requiere, la de consumidores.

En este punto Valdés y González Valdés (2014), exponen que este tipo de políticas y leyes sustentan el control social. Estas son utilizadas como formas de dominación legitimada. Al punto de generarse tipos de sociedades panópticas o de vigilancia en el marco de una democracia elegante de guantes blancos. De allí, aclaran que en la ciudad de Córdoba existe una distancia social en diferentes grupos, la cual genera una “configuración de ‘otro’ sobre el que se construye el imaginario, el estereotipo” (Valdés y González Valdés, 2014, p.62). Otro peligroso, es como lo llegan a definir, para asociarlo, por ejemplo, a quienes tienen que estar lejos, en barrios periféricos, por fuera del centro de la ciudad o lugares privilegiados, destinatarios de la segregación territorial y una delimitación para el control social.

Crisafulli (2014) destaca que se detenían miles de personas de manera anual por el Código de Faltas (hoy por el Código de Convivencia Ciudadana), quienes en mayor medida eran jóvenes, sujetos que resaltan por el significante “pobreza”. Sumado a esto, se realiza una pregunta basada en ver cuál es el fin de estas leyes, la respuesta es la disciplina. El objetivo es disciplinar para disminuir las fuerzas de seres humanos en su característica política y llevarlas hacia el sector económico. ¿Qué quiere decir esto? Que se busca mayor productividad y obediencia en razón de un cuerpo dócil en la maquinaria que lleva como fin la utilidad para el mercado, a la vez de una mudez política sumada a un total cansancio. El autor prosigue e indica que este tipo de vigilancia social apunta a “controlar riesgos de grupos definidos como peligrosos” (p.45). Se entiende por esto que el problema no es incluir para homogeneizar sino excluir para que no molesten en la maquinaria económica controlada por pocos.

De acuerdo a lo expresado anteriormente, se puede observar la configuración de un Otro socialmente banalizado con oscuras características y de extrema relación con el campo político. En éste, se concluye que no hay ejercicio de libertad y deliberación por parte de algunos ciudadanos, a causa de códigos o leyes, instituciones, y accionar policial. Causas nucleares, de tipo violentas y represivas que ejercen control social e intentan tanto dominar, como excluir a un otro “peligroso” y pobre. ¿Cómo Nicolás?

Éste Otro, ahora clarificado (lo cual no significa que sea inmanente de la sociedad cordobesa) tiene como principal responsable al Estado (si es que lo hay en Córdoba). Además, presenta el rasgo distintivo desarrollado por Laurent (noviembre, 2014), entendido como la privatización de la violencia. Tesis basada en el incremento de la violencia para dentro de las ciudades. Sin embargo, en particular, se cree importante hilar lo siguiente: ¿hay una impotencia del Estado sobre el monopolio legítimo de la violencia en Córdoba, tal como lo afirma Laurent (noviembre, 2014) en su tesis? ¿O, tal vez, lo que se digiere en esta ciudad (y provincia) es una privatización de la violencia en manos del Estado? Posiblemente, ésta segunda, más que interrogación sea una afirmación.

Hueso de la privatización

Vemos una privatización de la violencia que tiene como primer responsable a gobernantes del Estado, generando la banalización de un contexto con terribles hechos. La cuestión versa, ahora, en discurrir sobre qué puede decir el psicoanálisis del interior de este Otro.

En principio, que las políticas generadas para fines de control social y exclusión, generan un otro imaginario. Y en esta construcción se halla la imposibilidad de ver al otro como semejante.

Es concreto que la privatización estatal, mediática y de seguridad, entre algunos aspectos, influyen en la percepción de la imagen de otro como rival. Pero, ¿en que se basa esta imagen rival? Tal vez, en la dificultad de aceptar e incluir a un otro de imagen diferente, en cuanto a que uno cree (y se destaca aquí el valor de creencia para hacerse imagen) que es un ser el cual debe vivir según la Ley que impera en uno.

Se infiere que esta Ley hace referencia a un mac-combo de simbolizaciones, y es una que refleja quién se es y quién no –con quien, además, se debe rivalizar-Por Freud (1929/2013) se sabe que el establecimiento de otro, da inicio a la posibilidad de rivalización. Y de esta manera proporciona la génesis de una tendencia, que disocia del yo cuanto pueda convertirse en fuente de displacer. Se lo expulsa de sí, con la idea de formar un yo puramente hedónico. Enfrentado a un no-yo, con un afuera ajeno y amenazante. No es sorpresa la cercanía entre la rivalización y la agresión, que de no exteriorizarse, llevarían a aumentar la fuerza autodestructiva. Por ello Freud (1929/203) enseña: “el ser vivo destruiría algo exterior, animado o inanimado, en lugar de destruirse a sí mismo” (p.3050). El pilar de esta construcción es lo inanimado del yo, asociable a lo simbólico que se porta y se puede autodestruir o eliminar en el exterior. En palabras de Lacan (1946/2012), germinaría de esta manera la acción del yo, que se esfuerza en alcanzar el kakón de su propio ser,mediante el objeto-otro a golpear.

Un hecho ejemplificativo de la construcción de otro rival y peligroso en la dimensión de lo político, es el momento en que De La Sota, consultado respecto a las repercusiones que puede tener un fallo en la actividad de la institución policial, diserta: "Son cosas que reclaman esos de la Gorra, que casi siempre son parientes o vecinos de los que delinquen. Y que cuando son detenidos presentan un frondoso prontuario” (Cba24, 11 de noviembre de 2015). ¿Cómo no ver en la ofensiva frase un discurso de amo cínico enalteciendo el uso del significante-por tanto una Ley- con fines de identificación y creación de tipología de otro? Con respecto a “esos de la Gorra” y a esos otros peligrosos, como lo califica el exgobernador, Bisig (2014) plantea que las posibilidades de detención, por el derogado Código de faltas o el novedoso Código de Convivencia Ciudadana, se encuentran en la diferencia entre ser/parecer negro o cheto, lo cual refleja un muchacho del barrio Rosedal en una entrevista: “Nos da vergüenza. Eso no les pasa a todos los chicos de Córdoba. Es discriminación. Viene un chetito caminando y no lo paran. Un chetito es un chico con plata, tiene otro peinado, parece mujercita, cómo se viste…” (Bisig, 2014, p.130).

Para cerrar este segmento, se podría observar que lo tratado de desmenuzar en los anteriores párrafos es la dirección de la agresión que sufre quien lleva piel oscura, con la cultura popular bajo el brazo, de tonalidad en la voz diferente y con una gorra. Debido a que si esta agresión no es canalizada en este otro-objeto, “tengo que matar mi sistema de creencias (a las cuales pertenece mi yo) y solidarizarme con un semejante”. Obviamente, es más fácil segregar, “mi discurso lo demanda”.

Pero, ¿Qué se segrega? Córdoba (2015) en el texto “Procesos de segregación: next is now” sostiene que se segrega “lo diferente, la singularidad del goce” (p.11). La autora concluye que la acción de rechazo se basa en la impotencia misma de no poder hacer jugar lo diferente.

La ayuda mediática

La segregación, anteriormente nombrada, ¿tiene fuerte causa en la televisión otros medios masivos de comunicación? Los cuales a través del necesario noticiero del día empujan a formarse una opinión ya desarrollada acerca de ciertos temas, por ejemplo el de la delincuencia. Bien se sabe que se muestra un acto delictivo una vez a la mañana, se repite a la tarde, vuelve el hecho a la noche, al otro día hay otro y así indefinidamente durante todo el año. Se añaden a esto, otras opiniones y seudonoticias poco optimistas, hasta que viene un gobierno que le conviene a la editorial del programa y todo empieza a mejorar. Táctica de reiteración y sugestión que bien lo visibiliza Merlín (23/6/2016) en “Los medios masivos de colonización”.

Otra táctica es la censura, leíble en “Lineamientos teóricos de la construcción de la actualidad como escenario inseguro”. Allí Spósito (2014) sostiene que la censura tiene la táctica de la sobreinformación, en donde los estrategas son los oligopolios mediáticos que desde una posición legitimante se convierten en productores de verdad. Mecanismo que se traduce en la colaboración de los medios con las corporaciones, el Estado, el público en general y que construye la concepción de gubernamentalidad. Acto que se inscribe en el espacio abierto de la biopolítca cuyo marco general, hoy, es el neoliberalismo. Spósito (2014) también puntúa sobre la relación que establecen los medios entre la inseguridad con la delincuencia, y la delincuencia con la pobreza. Sin embargo, se revela que nunca proponen la seguridad como lo que se deshoja de aquello nombrado como vivienda, comida, trabajo, educación, salud, o previsión social. En suma, Arredondo (18/ 10/2016) plantea que lo violento siempre son robos y hechos con este tipo de matices, mas nunca se pone sobre la mesa la violencia de la exclusión o del hambre. Merlín (12/5/2016) delibera sobre este tema, ella sostiene que la perspectiva del odio y la agresividad desde el relato de los medios destruyen lazos sociales y atentan contra la salud de un pueblo.

Entonces diríamos que los medios contribuyen al resultado de un ser menos que humano. Un menos en el todo que se pretende (¿Lo fue Nicolás?). Pretensión de elaborar consumidores outreflexivos de opiniones y de esta manera lograr una opinión pública consumida hasta la extinción.

De aquí se puede ver el tratamiento formativo de consumidores de dispositivos policiales y mediáticos, de donde resultan subjetividades con sensaciones de inseguridad y victimización. Además, se logra la construcción de un enemigo, peligroso, un chivo expiatorio, que en la Córdoba contemporánea (siguiendo a Spósito, 2014), este lugar es ocupado por el joven pobre residente de barrios marginales.


Vivir aquí


¿Cómo alguien que vive lo anteriormente descripto y está encerrado en una cárcel como lo es el Complejo Esperanza puede tener alguna otra visión de vida? ¿Para qué salir, si tiene la gran oportunidad de ser, no más que, un coágulo de sangre? ¿Cómo no podría la muerte expresarse como concreta posibilidad para un sujeto quien tiene todas las de perder en la comunidad en la que vivimos? Tal vez, estaremos muy atados al razonamiento añejo que dice así: “¿de qué nos sirve, por fin, una larga vida si es tan miserable, tan pobre de alegrías y rica en sufrimiento que sólo podemos saludar a la muerte como feliz liberación?” (Freud, 1929/2013, p.3032).

Párrafo impactante el anterior, el cual irremediablemente se trenza con lo redactado por Dietrich Grabbe a quien Freud (1929/2013) nomina como un poeta harto incondicional. Redacción lírica que se estaca en el acierto de decir que al momento de desarrollar un sentimiento de indisoluble comunión a la totalidad del mundo exterior (si éste no es el mejor), se puede buscar un límite desde el cual se vea el final del subjetivo universo. Por esa razón, la salida a veces se encuentra en marcharse de esta tierra mediante el desconsolador suicidio.

Empero, no es sólo hablar del suicidio y circunstancias contextuales sino destacar que se arranca la expectativa de negativizar la muerte para desplegar un deseo visto en una acción comunitaria. En efecto, la muerte (tomando a Biset, 2012), no sólo es el fin. Resignificándola, es una forma de trabajar el ser e indagar una forma de vida. En Nicolás esto deja de ser posibilidad. Él mismo deja de ser una posibilidad.

¿Por qué tanta injusticia? La proposición de Freud en Malestar ¿Se puede pensar que falta un progreso cultural a partir de lo comentado? Sí, pero ¿puede este progreso desarrollarse sin malestar? Freud, entenderá que no. Para esto se toma el siguiente razonamiento (es la traducción de Etcheverry, la más indicada para sortear lo que aquí se quisiera señalar): “El progreso cultural debe pagarse con el déficit de dicha” (Freud, 1930/1992, p.130).

No obstante bajo ese decir, se haya la definición misma del progreso cultural que tiene como eje ser una abstracción de orden superior al de la evolución del individuo. Mientras que el desarrollo individual busca el placer y se rige por este principio.

Por otra parte, el vienés llega a la conclusión de que el individuo busca una felicidad o dicha, a la cual se la puede llamar egoísta, mientras que la cultura busca el altruismo en la comunidad. Esta tensión discurre sobre la concepción freudiana de que lo individual-placentero se restringe en lo ético-ideológico de lo cultural. Esto último, alrededor de la tercera década del siglo pasado, limita el egoísmo.

Sin embargo, señalar este conflicto entre lo individual y colectivo no es suficiente. Freud (1929/2013) propone la responsabilidad de hacer frente a las perturbaciones de la vida colectiva emanadas de la pulsión agresiva y de autodestrucción.

La cuestión es plantear cómo hacer para responsabilizarse de estas perturbaciones colectivas, y sin dudas, la solución no es la de imponer a las masas a terapias psicoanalíticas. La indicación no es innecesaria, más cuando se agrega la pregunta de cómo actuar con el propio ser. Tal vez sea con el entrecruzamiento del saber, divulgándolo y llevándolo en acto con el cuerpo. Pero, ¿cuál sería el saber para ponerle cuerpo? Quizás, pueda encontrarse en aquello que Lacan postula como el amor; y lo que nombra Freud (1929/2013) en el inicio de “El malestar en la cultura”, como los objetivos efímeros de la cotidianeidad (poder, el éxito y riqueza).

En cuanto al amor, en primer lugar, sería uno menos tonto que el de la religión, tal como Alemán (2012) lo propone, con el fin de pensar lo común en relación a una causa. Un amor “fuera de su eje imaginario, fuera de las simetrías narcisistas” (Alemán, 2014, p.45). Pero sabemos que ello está unido a lo que Lacan (1998/2013) sostiene en su quinto seminario sobre las formaciones del inconsciente, como el problema en el ser humano. La división fundamentada que establece el dar lo que no se tiene a un ser que no lo es.

En lo anterior surgiría el problema de ver si se podría intentar dar aquello de la carencia y creérselas en vías de un imaginado anudamiento que encuentre algo de real sin una insignia que se inscriba en el sujeto. Utópico sería aludir que la tarea sea el intento de ramificar lo romántico a otro para dar apertura a lo que debe ser causa. Lo que equivaldría, tal vez, a proponer lo político como la acción cotidiana con otros, a sabiendas de un Otro que no existe (concepto referido a la tesis de Miller y Laurent, 2005). De lo segundo, en cuanto hacer algo con objetivos efímeros, se derivaría la táctica del encuadre de lo político. Lo cual encuentra sustento en recomendaciones de Alemán (2012) en “Soledad: común. Políticas en Lacan”, como reconocer en una invención política la metamorfosis actual de las condiciones de la pobreza en la lógica del discurso capitalista contemporáneo. Expresión que pone en jaque a los analistas en relación a no gritar a los cuatro vientos sus discursos amo, mas: La Ideología retorna en todos, muchas veces incluso a través del uso de fórmulas lacanianas que, como dijimos antes, van dejando como sedimento un tipo de argumentación inspirada en un nuevo estilo de conservadurismo laico o en una adopción irónica de los semblantes de la tradición. (Alemán, 2012, p.68) Seguramente, la cita haga alusión a desengañar la referencia de “Dirección de la cura y los principios de su poder” (Lacan, 1958/2013) donde se entabla LA política DEL analista en el sitio de la carencia de ser, la cual alude al sentido por sostener en la cura. Pero, esto también coloca sobre el mantel la referencia de Lacan (1967/2014) en la “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la escuela”, donde establece que el porvenir de mercados comunes encontrará su contrapeso en la expansión cada vez más dura de los procesos de segregación. Lo cual rápidamente se conecta con la “Conferencia en Milán del 12 de mayo de1972” (Lacan, 1972), allí se propala que la plusvalía es el plus de gozar, por esto el discurso capitalista marcha sobre ruedas, pero lo hace tan bien y rápido, que se consume a sí mismo.

Casi medio siglo después, se observa que todo se traduce en cómo responder al imperativo categórico del súper-yo cultural: ¡Goza! Donde, al no responderlo genera, eso sí, malestar. Debido a que una gran satisfacción se encuentra en lo social a modo de goce de la totalidad, bien ofrecido por el súper capitalismo del siglo XXI. Esta indisposición de la cultura contemporánea gozante, evidencia el no querer saber nada sobre la angustia de un sujeto, que nunca será completo. Es ejemplificativo lo de Derezensky (2008) cuando dice que el discurso capitalista sitúa la lógica del para todos, el empuje a la producción masiva impuesta, con la excepción de algunos, que constituye el resorte de los efectos de segregación, con sus múltiples manifestaciones que incluyen la intolerancia radical de los modos de vida diferentes. Lo paradójico en este punto sería que lo diferente es disímil a un “todos iguales”. Un todos, que el neoliberalismo intenta imponer con su construida subjetividad de rendimiento ilimitado. Alemán (2014) lo ve como un proceso que necesita producir a toda hora. En donde es necesario subjetividades que se perciban a sí mismas como deudoras de un acreedor inalcanzable.

¿No podrían construir estos dos saberes (sobre las cuestiones del amor y los objetivos efímeros de la vida cotidiana dispuestos por el discurso capitalista) la incidencia en un Otro inexistente pero consistente en comunidad, bajo cuya influencia se produzca lo que Freud (1930/2013) entendía como la evolución cultural? Lo que equivaldría decir: dar lo que uno no tiene para que con aquello se ponga cese a, por ejemplo, la violencia estatal; como también, a los objetivos supravalorados que no nos llevan a ninguna parte. Tales, no son objetivos políticos despreciables.


Final

Si una de las preguntas iniciales se basaba en conocer cuántos rayos luminoso hemos apagado con nuestra creencia de ser, se podría responder que uno seguro. En segundo lugar, sobre por qué hablar de este joven, más allá del dolor, se halla la razón de documentar sobre la primera indagación del trabajo. Por ende, se podría decir que es un porqué que arrastra ciertos hechos, incidentes, sucesos, que dirigen una especie de naumaquia pesadillesca. Donde hay actores tales como un candidato a presidente, una institución policial cordobesa (con sus comportamientos, paros y hasta con un tiempo en la historia: el mayo de 2015). Un pequeño papel es desarrollado por el Complejo Esperanza dentro de un Estado y un Otro banalizado.

Un Otro de apariencia ominosa, ya sea con sus visiones políticas y ciertas leyes que disciplinan, además de crear un otro peligroso. Recuadro que ofrece la producción de una privatización de violencia. Fenómeno, este último, que desde sus entrañas deja ver una cuota de ley que arremete contra un otro imaginario. Un no-yo, fácil de segregar, un menos que humano el cual se expone hasta en diferentes medios de comunicación. Era necesario aquel porqué, para proponer amor y cierto saber en el lugar donde vivimos.


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