lunes, 30 de marzo de 2009

El Zapatismo Inauguró una Nueva Forma de Acción Política

Ángel Vargas/ La Jornada

El alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) representó no sólo la renovación de la esperanza y la utopía en el mundo. También significó el nacimiento de un nuevo paradigma internacional de organización, resistencia y lucha.

Así lo sostiene la periodista y académica Guiomar Rovira, quien aborda dicho aspecto en Zapatistas sin fronteras (Ediciones Era), su libro más reciente, que fue presentado en la unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana, con los comentarios de Raymundo Mier, Carmen de la Peza y Elisa Benavides.


Mandar obedeciendo

En entrevista con La Jornada, la docente e investigadora catalana Guiomar Rovira sostiene que el zapatismo creó la simiente de una posibilidad de lucha dentro de los movimientos sociales desde estructuras horizontales, del mandar obedeciendo.

Ha sido, especifica, un detonador que ha impregnado el discurso de la izquierda y de los movimientos libertarios y sociales en el mundo.

"Cuando ya nadie pensaba que era posible una guerrilla o un movimiento armado, apareció el zapatismo diciendo `Ya basta'. La gente en el mundo simpatizó directamente con eso, con la idea de que es posible luchar a pesar de las circunstancias tan adversas. Es un movimiento que interpeló esa emoción y que creció en redes y luego en el movimiento antiglobal", indica.

"En un momento en que ya no había referentes a los cuales adherirse, cuando las ideologías viejas ya no convocaban, surgió en Chiapas un discurso con el que se identificaron y simpatizaron un sinfín de personas y diversos movimientos sociales y de resistencia en el mundo."

Así, las personas comenzaron a difundir la información y el entusiasmo por su cuenta. Se valieron de las nuevas tecnologías, en particular de Internet, que en esos años apenas comenzaba a extenderse por el mundo, explica.

De esa manera se inauguró una nueva forma de acción política: la posibilidad de estructurarse en red, una estructura sin estructura, abierta en todos los canales y que tiene capacidad de acción colectiva con incidencia real, a la cual la especialista denomina zapatismo trasnacional.

"No fue algo planeado ni decidido por el EZLN, al contrario de lo que se creía, que Marcos estaba en medio de la selva con su computadora generando sus comunicados y manteniendo informado al resto del mundo."

Según Guiomar Rovira, con la aparición de Internet los círculos activistas en México y el resto del planeta vieron la posibilidad de la revolución horizontal, el triunfo de la posibilidad de una rebelión libertaria, sin jefes ni estructuras, sino que cada quien desde su trinchera, sin el sacrificio de la militancia: una rebelión de la comunicación.

"Nació con el zapatismo un nuevo ciclo de protestas que tuvo su parte culminante con el altermundismo, con todo lo que ha sido el movimiento antiglobalización, toda esa capacidad de impugnar el modelo neoliberal, la cual se clausura a mediados de esta década de 2000 con la guerra de Irak, ante el fracaso de todas las movilizaciones que se realizaron en el mundo para evitarla", agrega.

"De cierta manera acabó ese optimismo que despertó con el zapatismo de las posibilidades de actuar en común y concertadamente en muchos lugares diversos del planeta, desde muchas trincheras distintas, y que se encadena con la resistencia global.

"En realidad, esta nueva forma de lucha comenzó a perder fuerza en 2001, con el ataque a las Torres Gemelas y las repercusiones que acarreó, entre ellas la criminalización de la protesta, la idea de terrorismo, la tecnología usada para la vigilancia, la guerra y la destrucción."


Promesas utópicas de redención

Si bien ubica al zapatismo como un movimiento social vigente y contemporáneo, la periodista Guiomar Rovira observa la situación mundial con un pesimismo absoluto.

"El activismo social es más realista, se ha dado cuenta de que esas promesas utópicas de la redención mediante la tecnología y la comunicación, pues quedan en eso: en promesas. Eso ya se vio rebasado por el comercio, la criminalidad, la pornografía, incluso basura virtual", asegura.

"La tecnología, en el fondo, se ha desarrollado, no tanto para la liberación, sino para el control absoluto. Ante ello, el activismo social tiene que pensar y buscar por dónde. Y actualmente se encuentra en esa etapa de reflexión y reconsideración."

domingo, 1 de marzo de 2009

Operación Plomo Impune

Un artículo de Eduardo Galeano

Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos. Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones, en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.

Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelita usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina. Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.

Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa. No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho.

Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros. ¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con eta, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar al ira. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?

El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica. Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí. Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.

La llamada comunidad internacional, ¿existe? ¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que Estados Unidos se pone cuando hace teatro? Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas rinden tributo a la sagrada impunidad. Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos. La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima, mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.

EDUARDO GALEANO
Montevideo, enero 17 de 2009

(Este artículo está dedicado a mis amigos judíos asesinados por las dictaduras latinoamericanas que Israel asesoró)

Consulta anticorrupción

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